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La primera prueba

España comienza su aventura en el Mundial con ilusión, prudencia y la duda de Iniesta

DURBAN. Actualizado: Guardar
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La larga cuenta atrás ya ha terminado. España comienza esta tarde (16 horas) su andadura en el Mundial de Sudáfrica. El impresionante estadio Moses Mabhida de Durban acogerá el estreno de una selección cuya vitola de favorita no proviene esta vez, como tantas otras veces en el pasado, de un esforzado ejercicio de voluntarismo. Al contrario. La realidad es que todo el mundo del fútbol espera el estreno de 'La Roja'. Ni siquiera Brasil, con todo el peso de su historia, despierta hoy en día tanta expectación. Se quiera o no, España se ha convertido en la principal referencia del buen juego y su eficacia está fuera de toda discusión. Desde el pasado Mundial de Alemania, se ha convertido en un equipo prácticamente imbatible. El desliz ante Estados Unidos en la pasada Copa Confederaciones es su único borrón en un expediente intachable. De manera que todo lo que no sea la victoria ante Suiza se convertiría en la gran sorpresa de lo que se lleva de Mundial.

A las selecciones de Vicente del Bosque y de Ottmar Hitzfeld les separa un mundo. La cuestión es que los jugadores españoles sean capaces de plasmar esa diferencia sobre el césped superando los nervios del debut y la presión que les añade su favoritismo indiscutible. Que la victoria sea vista como un trámite suele ser el primer paso para alejarse de ella. Lo saben bien los jugadores de la selección, que en este mismo país recibieron hace un año un buen toque de atención. Una cura de humildad, si se quiere. Ante los suizos, por tanto, no valen las distracciones. Son un equipo correoso y dinámico con el libro de instrucciones muy bien aprendido. De ello se encarga un zorro de los banquillos como es el ex entrenador del Borussia de Dortmund y del Bayern de Munich. Suiza, además, jugará hoy sin ninguna presión. Su verdadera pelea es la que librará contra Chile y Honduras. Ante España, salvo que reciba una goleada más sonora que las vuvuzelas, tiene todo que ganar y nada que perder.

Sobre el papel, el perfil del partido no puede estar más claro. Lo está, de hecho, en casi todos los que juega 'La Roja'. La tropa de Vicente del Bosque tendrá el balón y los helvéticos, que no podrán contar con Frei, una de sus mejores bazas, ni con Behrami, se preparan para combatir dentro de su campo suspirando por algún contragolpe de fortuna aprovechando la velocidad de Barnetta. Así las cosas, el objetivo de España será el habitual: buscar con velocidad en el toque y paciencia en el ánimo las rendijas que deje su rival y mostrarse muy firme en defensa. Los suizos deben sentir que Casillas está en el planeta Orión, inalcanzable. Convendría no desmerecer este último aspecto para no equivocarse con la lectura que se hace del poderío español. O de la actual grandeza del Barça, al que tanto debe esta selección. Y es que, cuando se habla de la victoria en la pasada Eurocopa, se tiende a un reduccionismo extraño. Parece que a España le basta y le sobra con el famoso tiqui-taca y se olvida el excelente trabajo defensivo que realizó en Austria.

Día ventoso y fresco

El equipo nacional entrenó ayer en el Moses Mabhida, que impresiona con su enorme arco, una bellísima solución arquitectónica. El día salió ventoso y más fresco de lo previsto en la subtropical Durban. Parece que hoy, las condiciones serán similares. Vicente del Bosque no quiso desvelar su once titular, que es como decir que no quiso certificar si Andrés Iniesta será o no de la partida desde el inicio. Tras el edema que sufrió en Murcia ante Polonia, el manchego sólo ha completado dos sesiones de entrenamiento con el resto del grupo. La del lunes en Pochtefstroom y la de ayer. En principio, no parece suficiente, pero el futbolista quiere jugar.

El dilema está ahí. De no jugar Iniesta, hay tres alternativas: Pedro, Navas y Mata. El barcelonista es el que cuenta con más opciones si se opta por proteger a Iniesta y le convence de que el Mundial es muy largo. Pese a todo, se puede decir que España estará en disposición de jugar con su once de gala, algo que muy pocas selecciones pueden decir en este Mundial. Casillas estará en la puerta y Ramos, Puyol, Piqué y Capdevila, en la defensa, con Xabi Alonso y Busquets por delante. Arriba, los tres pequeños -Iniesta o su sustituto, más Xavi y Silva- intentarán marcar la diferencia, la del toque, el sello de España. Solo en punta, Villa intentará convertirse en la pesadilla de los suizos, que sueñan con él, como reconoció hace días el veterano central Grichting. La aventura, pues, va a comenzar. Para proclamarse campeona del mundo el 11 de julio, España se enfrenta a siete pruebas, tantas como los trabajos de Hércules. Hoy es la primera.