La espantada de Souza ha abierto de nuevo la caja de los truenos en el fútbol español. :: ESTEBAN
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La llegada de capital extranjero no siempre supone la mejor opción

La salida de Souza del Xerez vuelve a abrir el debate sobre inversores foráneos, ahora que el capital qatarí llega a Málaga

JEREZ / MÁLAGA. Actualizado: Guardar
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La llegada de magnates extranjeros al fútbol español ha sido un fenómeno poco habitual y marcado por el escaso éxito deportivo. Fueron siempre inversiones nunca acordes a las expectativas generadas. El último ejemplo bien claro se ha vivido en el Xerez, donde Federico Souza ha optado por hacer las maletas dejando al club al borde de la intervención judicial. Bien distinto es lo sucedido en otros países, en especial en el Reino Unido, en donde se han dado numerosos precedentes que guardan cierta similitud con el interés demostrado por el jeque qatarí Abdullah ben Nasser Al-Thani en invertir en el Málaga, todo un hito en nuestra Liga.

El pionero Tinelli

Cronológicamente, el primer caso fue el del Badajoz, en la etapa de poco más de tres temporadas (desde la 1998-99) del empresario de radio y televisión Marcelo Tinelli. El sueño era llevar por primera vez a la máxima categoría a este club extremeño, que no se caracterizaba por una nutrida afición. Tinelli, una cara famosa en el país latinomericano, se apoyó en otros empresarios (Hugo Issa, Eduardo Gamarnik y Juan Simón) y la sociedad Sport Management adquirió el 57 por ciento del paquete accionarial. La inversión, junto a la deuda que tenía el club, supuso un desembolso de tres millones de euros.

Si la llegada de capital qatarí al Málaga podría suponer que las miras se dirigiesen al mercado árabe de jugadores, con Tinelli el Badajoz puso sus miras en Sudamérica. En la campaña de su debut se fichó a dos brasileños, Sandro y Luis Fernando, y a ocho argentinos: Fernando y Patricio d'Amico, Limia, Romagnoli, Mauricio López, Bisconti, Giustozzi, Ezequiel Castillo y Mancuso, quizás estos dos últimos los de más nivel, aunque ya venidos a menos. La 'argentinización' fue tal que la indumentaria del equipo blanquinegro era de la firma Topper, y en la publicidad estática de El Vivero figuraban muchas empresas con actividad preferente en Sudamérica.

Cómo no, un argentino, 'Toti' Iglesias fue el elegido para entrenar (no pudo hacerlo por temas burocráticas y lo sustituyó Ziarreta). En octubre de la temporada siguiente el empresario se desprendió del 99,4 por ciento de las acciones (ya pertenecientes al grupo Esfinge 20) del Badajoz con el equipo situado penúltimo, aunque llegó a salvarse del descenso. Tinelli dejó un 'agujero' de poco más de dos millones de euros, una cantidad respetable en Segunda, y vendió el club al portugués Antonio Barrasa.

Otro argentino también ligado al sector audiovisual (en su caso, productor de espectáculos), Daniel Grinbank, se fijó en el Leganés, quizás por su proximidad a la capital de España y su potencial. Lo había intentado antes con el Valladolid, y la apuesta pareció más relevante cuando un técnico del prestigio de José Pekerman se instaló como director deportivo, con Carlos Aimar de entrenador. Corría el curso 2003-2004 y de una tacada llegaron quince compatriotas a la plantilla, lo que levantó severas críticas al convertirse en una sucursal del país latinoamericano. La oscuridad rodea esta inversión. En principio Grinbank adquirió más del ochenta por ciento de las acciones del Leganés a Polo, pero después alegó que se marchaba por no poder hacer frente a un presupuesto de algo más de seis millones de euros para la temporada y se llegó a especular desde los medios con que no se había llegado a producir el desembolso de capital.

Historias paralelas

Algo similar a lo acontecido recientemente en el Xerez, de nuevo con protagonismo argentino. El joven Federico Souza adquirió el 52 por ciento de las acciones del club jerezano por tres millones de euros. Pero en realidad de esta cantidad abonó al dueño, Joaquín Morales, un tercio, y lo demás quedaba en plazos para julio y diciembre. Incluso, hay dudas sobre si ofreció tanto en el primer pago. Souza introdujo como asesor deportivo al ex defensa Lussenhoff, y su mayor acierto fue contratar a Néstor Gorosito como entrenador, con el que casi se consigue la proeza de alcanzar la permanencia para un equipo desahuciado. Sin embargo, el proyecto no ha tenido la continuidad deseada y ahora mismo el argentino es historia en el Xerez Deportivo.