Fútbol

Cristiano muestra el camino

Set en blanco del Madrid en su puesta de largo ante el modesto Bournemouth

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Cristiano Ronaldo eclipsó a los debutantes, incluido el técnico Carlo Ancelotti, y guió al Real Madrid en su cómodo triunfo de Bournemouth (0-6), la ciudad costera del sur de Inglaterra que encandiló a Tolkien. Ante un recién ascendido a la 'Premier Championship', la segunda división inglesa, los blancos no necesitaron brillar para imponerse con suficiencia. Solo ha podido trabajar Ancelotti una semana y faltan aún los internacionales que jugaron la Copa Confederaciones y los lesionados Xabi Alonso y Varane, pero no hace falta apenas entrenamiento para golear a un grupo de futbolistas animosos, toscos, con serias limitaciones para manejarse en ambas áreas. Son tan modestos que muchos de ellos juegan con camiseta sin dorsal y sin nombre.

Carvajal e Isco fueron titulares en el primer once de 'Carletto', que empleó dos equipos distintos en cada período con la única excepción de Carvajal y Nacho, que se mantuvieron hasta el minuto 67'. El lateral estuvo serio, aunque cometió un penalti por mano que no vio el árbitro, y el malagueño mostró destellos. Fue el encargado de los saques de esquina -en la segunda mitad lo haría Illarramendi- y asistió en dos de los tres primeros goles.

Pero era Cristiano el que sobresalía. Desde luego que el portugués ha llegado a la pretemporada en forma. Se le ve más fino que al resto. Remató de espuela, pasó de tacón y se exhibió en el arte de los golpes francos. En el primero, su tiro salió cerca del larguero. En el siguiente, lanzó con menos violencia y más tino. Ancelotti se levantó tras esa diana que abrió el camino, quizá porque no le convencía lo que veía hasta ese momento. El segundo tanto llegó tras un error de un zaguero, que ni despejó ni controló un envió largo de Isco y se la regaló a Cristiano, que marcó tras driblar al portero. Y poco antes del descanso, Khedira se aprovechó de un rechace tras un saque de esquina.

La gran noticia de la segunda mitad, al margen del estreno de 'Illara', quien pasó más bien desapercibido, fue el ingreso al campo de Higuaín como capitán. Si era su último partido antes de irse al Nápoles, se despidió con gol, tras una buena asociación con Morata. Muy activo estuvo el delantero madrileño, de examen en pretemporada. También apareció con un disparo al travesaño Kaká, deseoso de convencer al cuerpo técnico de que todavía es útil. Y emergió Di María con dos acciones geniales: el tiro raso desde fuera del área que dibujaba la 'manita' y la asistencia a Casemiro para el set en blanco.