Xavi Rey y el entusiasmo premian al Gran Canaria

La exhibición de Xavi Rey y el entusiasmo del Gran Canaria premiaron al equipo insular para firmar una victoria histórica en la Copa y despedir a un Bilbao al que no le bastó el oficio. Nunca había superado el Gran Canaria los cuartos de final del torneo (siete derrotas en esta eliminatoria), pero fue llegar como cabeza de serie a Vitoria y sin complejos por la parte más fácil del cuadro, y el equipo de Pedro Martínez dio por fin el salto tan soñado. Dejó al Bilbao boquiabierto, con una demostración espectacular de baloncesto alegre, desenfadado y comprometido.

El Gran Canaria entró por la puerta grande en sus primeras semifinales coperas. Su juego atractivo y su sacrificio hicieron posible lo que parecía en principio una utopía. Lo logró gracias al espectacular partido de Xavi Rey: 22 puntos, con 11 de 15 en el tiro, ocho rebotes y cuatro mates, para un 27 de valoración, la mitad que todo el Bilbao. El pívot catalán emergió como la gran figura que es y el Bilbao, sin continuidad ni acierto desde el exterior (4 de 18 triples), y superado por el carácter de los 'amarillos', debió hincar la rodilla, cuando estaba convencido de que el Gran Canaria sería un enemigo accesible.

El Gran Canaria sorprendió con el alto ritmo que imprimió desde el pitido inicial y que hizo padecer e ir a remolque siempre a un Bilbao con demasiados altibajos. Con sus mejores jugadores en pista (Raúl, Vasileiadis, Mumbrú, Hervelle y Hamilton), el conjunto de Katsikaris se vio obligado a un sobreesfuerzo en el último cuarto, cuando el Gran Canaria ya le había hecho un destrozo importante con su espíritu de lucha, luchando a muerte por cada balón y, sobre todo, con un imparable Xavi Rey en la pintura. Pese al físico de los 'hombres de negro', el pívot barcelonés fue martilleando al Bilbao y así su equipo fue creciendo.

Con desparpajo

También se relanzó el Gran Canaria gracias a su desparpajo y al tiro exterior, aunque fuese empeorando según avanzaban los minutos. Aun así, dado que el Bilbao no tenía continuidad, salvo cuando se vio 10 y 11 abajo (30-20 en el segundo cuarto; y 55-44 en el tercero) y apretó los dientes en defensa, los 'amarillos' siempre llevaron la iniciativa y dominaron todas las facetas con un 'basket' atrevido en ataque y muy esforzado atrás. Además, el Bilbao se estrelló desde fuera (1 de 7 triples al descanso), y fue su temple en el tiro de dos el que le mantuvo en el partido, aunque siempre agonizante.

El Gran Canaria no tenía nada que perder, y espoleado por la afición baskonista unida a los insulares, dada su rivalidad con el Bilbao, fue abriendo un brecha muy preocupante en un marcador muy igualado en el primer tiempo y bastante más claro para los de Pedro Martínez en la reanudación.

Lo consiguió con Xavi Rey, pero también cuando él no estuvo en pista en el tercer periodo, su equipo mantuvo la confianza y la precisión. Ganaba el Gran Canaria 'solo' por seis (48-42) y Rey se tomó un merecido descanso, pero el ganador alcanzó entonces su primera máxima diferencia, porque funcionaba todo el equipo y cuando no aportaba uno lo hacía otro. En el Bilbao, en cambio, la dependencia del tiro de Vasileiadis era enorme, y con el griego sin la muñeca fina (3 de 8 triples) y un juego interior incapaz de frenar a Rey, los 'hombres de negro' fueron muriendo ante la alegría y actividad de los del 'pío pío'. Gran Canaria puede seguir soñando.