FÚTBOL

Messi y Cristiano, dos destellos fugaces

Las dos estrellas mundiales tan solo dejaron un par de detalles en forma de gol en el clásico

MADRID Actualizado: Guardar
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En los últimos años, hablar de un Real Madrid-Barcelona es sinónimo de hablar de un Cristiano Ronaldo-Lionel Messi. Los dos mejores jugadores del mundo se reparten los elogios y piropos a partes iguales, y nadie es capaz de negar la hegemonía de ambos actualmente. Iconos y líderes de sus equipos, reciben todas las miradas del planeta siempre que se ponen frente a frente. Más si cabe, cuando en enero se otorga el Balón de Oro, para el que ambos son los claros favoritos aunque suenen otros nombres como alternativa.

Messi casi siempre resultó vencedor en los ‘combates’ entre ambos, realizando actuaciones memorables en cada enfrentamiento. Goles de ciencia ficción y jugadas de ‘Play Station’. ACristiano, sin embargo, desde que llegó al Real Madrid, le costó mostrar su mejor nivel en los encuentros ante el eterno rival. Sin embargo, desde el gol en la final de la Copa del Rey de 2011, no ha dejado de marcar al Barcelona. Como el gol decisivo en aquel partido, o el 1-2 que prácticamente dio la Liga al Real Madrid en el Camp Nou allá por el mes de abril.

En los primeros minutos, ni Cristiano ni Messi entraron en juego. Aunque el público del Bernabéu le dedicó un cántico en una aproximación del ‘10’ justo después del gol de Higuaín. Parecía que el partido no iba con ellos, o que se estaban reservando para más adelante. Quién sabe.

Cristiano apareció mediada la primera parte. El portugués aprovechó un regalo de Piqué y se llevó el balón con un taconazo aéreo, que si bien no fue demasiado elegante, sí fue efectivo, porque se plantó ante Valdés para hacer el segundo de un fuerte disparo. Cristiano sumó otro gol al Barcelona. El jugador tantas veces criticado por ‘borrarse’ en los partidos importantes del Madrid, ahora lo lidera en estas lides. Ya marcó dos goles ante el Bayern de Munich en las semifinales de la ‘Champions’, aunque falló un penalti, pero es el jugador por el que los blancos pagaron 94 millones de euros. Sin duda, se está convirtiendo en la bestia negra de los azulgrana.

Messi, por su parte, tenía que pisar el círculo central para entrar en contacto con el balón. En esas, un balón dividido con Pepe, a los que los dos fueron con extrema agresividad, dio con el portugués en el suelo por un feo contacto del argentino con la plancha de por medio. Se desconocen las circunstancias que habrían acontecido si hubiera sido al revés. Si el ‘10’ se descolgaba, era Alonso quien le seguía; si intentaba recibir en tres cuartos, los centrales. Podía irse de uno, pero nunca del otro. Demasiado atrás y demasiada gente por delante.

Cristiano lo intentó hasta de falta, aunque no tuvo suerte en una que es sus mejores armas al estrellar el balón en la barrera. ‘CR7’ estaba eléctrico, participó del juego del Madrid y sirvió un pase de auténtico lujo a Higuaín que no aprovechó. El córner, aun así, lo remató. Estuvo en todas. Con la expulsión de Adriano y la entrada de Montoya, la banda izquierda del Madrid era una autopista para el ‘Boing CR7’. El portugués le esperaba, amagaba y se iba con facilidad.

Messí seguía sin aparecer. Ramos, y sobre todo Pepe, le tenían aburrido. No parecía el jugador que es. Tuvo que ser a balón parado el modo de que entrase en juego el argentino. Una falta de Xabi Alonso diez metros por detrás de la frontal del área fue ejecutada de forma magistral por Messi. Un golpeo colocado, seco, ante el que Casillas no pudo hacer nada.

Difuminados

En la reanudación, más de lo mismo, Cristiano aparecía en zonas de ataque, mientras que Messi lo hacía muy retrasado, pegado a Busquets y a Xavi. Ambos sin peligro, aunque el argentino dejó un pase fenomenal a Jordi Alba que a punto estuvo de significar el empate a dos.

Poco aparecieron en los segundos 45 minutos. El Barcelona tuvo el balón, pero no generó demasiadas ocasiones. Fueron Pedro y después Tello los que llevaron el peligro azulgrana. En el Madrid, Dí María e Higuaín, que estuvo muy desacertado durante todo el partido. Eso sí, Messi la tuvo en el descuento, con un disparo desde la frontal, de los que no suele fallar. Aunque esta vez, el balón no besó la red.

Combate nulo entre las dos grandes estrellas futbolísticas del planeta. Acostumbrados a brillar, en esta ocasión fueron meras estrellas fugaces. Tampoco eclipsadas, pero sí difuminadas, no deslumbraron con toda la fuerza de la que son capaces. Por delante, otros dos encuentros como mínimo entre ambos. Uno antes del Balón de Oro, para esperar a que vuelvan a brillar.