INCENDIOS FORESTALES

Se puede evitar el próximo

En lo que llevamos de año, más de 100.000 hectáreas han sido arrasadas por las llamas

MADRID Actualizado: Guardar
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Este verano está siendo uno de los más desalentadores en cuanto a incendios se refiere. En lo que llevamos de año, más de 100.000 hectáreas han sido arrasadas por las llamas. Un paisaje sin duda desolador que tardará décadas en volver a regenerarse. Se estima que en 2012 el 0,37% de la masa forestal española se ha perdido debido a los incendios. En siete meses, se han producido 9.884 y se han quemado más hectáreas que en cualquier año completo exceptuando 2009.

Fragas de Eume (Ferrol, La Coruña), Cortés de Pallás-Andilla (Valencia), La Junquera (Gerona) o Vilaflor-Adeje (Tenerife) son algunos de los lugares que han quedado calcinados tras voraces incendios. Según los datos facilitados por el Comité Estatal de Coordinación de Incendios Forestales el 30% de los incendios son intencionados y solo un 20% son fortuitos. Una de las grandes preguntas es: ¿cuándo recuperarán estas zonas su estado original? Depende de muchos factores, entre los que se encuentra el tipo de suelo, la flora predominante, el clima o la gravedad del incendio, es decir, la superficie calcinada.

En ocasiones se opta por la reforestación artificial y otras por la natural. En este último caso la regeneración del terreno se lleva a cabo cuando se ha producido un incendio de grandes dimensiones. Miguel Ángel Hernández, responsable de conservación de Ecologistas en Acción, señala: "Después de un gran incendio, los políticos declaran que lo van a reforestar todo, pero lo habitual (y lógico) es que estas acciones no son tan agresivas. El dinero se destina mejor a ayudas socioecónomicas".

Pero también hay que plantearse cómo se podrían haber evitado estos incendios (excluyendo los provocados o producidos por imprudencias). Desde Ecologistas en Acción señalan que se invierte más en medios de extinción que en gestión y prevención de incendios. Además dan una serie de recomendaciones básicas para impedir que las llamas acaben con muchos de nuestros bosques. A continuación destacamos algunos de sus consejos:

- No encender fuego en el campo, ni quemar pasto o rastrojos.

- No arrojar colillas, cerillas, papeles, plásticos o vidrios.

- No utilizar el coche en zonas con matorrales ya que el contacto del tubo de escape con matorrales secos podría provocar un incendio.

Es por ello que en verano se deben tomar todas las medidas para prevenir los incendios. El 95% de ellos tienen su origen en el ser humano y su actividad. Cuando las llamas arrasan el monte, consumen la vegetación y la fauna sufre intensamente las consecuencias. El nuevo hábitat que surja será completamente diferente al que existía con anterioridad. Pero estas no son las únicas consecuencias de los incendios forestales. El aumento de la desertización, la pérdida de calidad de las aguas, además de los costes económicos que supone la regeneración de las zonas afectadas son otras de las secuelas patentes.