Equipaje de los pasajeros del 'Costa Allegra'. / Ahmed Jadallah (Reuters)
OCÉANO ÍNDICO

El 'Costa Allegra' llega a puerto tras tres días «atroces»

El navío ha sido remolcado durante tres días tras quedar a la deriva por un incendio que inutilizó los motores

ROMA Actualizado: Guardar
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Cientos de pasajeros agotados pero aliviados del 'Costa Allegra' han desembarcado este jueves en las islas Seychelles, tras tres días "atroces" en un crucero sin electricidad, baños ni alimentos calientes, tras un incendio en pleno Océano Índico. "Fue atroz", ha declarado Henri, un francés de 82 años. "El primer día no fue tan duro, pero la situación empeoró gradualmente (...). No había ni electricidad, ni retretes, yo tenía dificultades para dormir en cubierta, con todas esas personas apiñadas unas contra otras", ha explicado con voz temblorosa por la emoción este hombre de cabellos blancos que no quiso dar su apellido.

Una de las pasajeras españolas afectadas por el incidente del 'Costa Allegra' ha reconocido haber pasado "un susto grande" cuando ha tomado conciencia de que el buque en que viajaba se encontraba a la deriva, aunque ha señalado que "lo más duro fue cuando se quemaron los generadores". En declaraciones a Radio Nacional, la viajera ha reconocido, no obstante, la "buena" labor de la compañía y la tripulación. "Lo han hecho bien, porque más no podían (hacer)", ha dicho.

"Fue un viaje agotador", ha confirmado Alena Daem, una pasajera belga de 62 años, agregando que se sentía "exhausta y muy contenta de que todo hubiera terminado". "Debíamos dormir en cubierta debido a la falta de aire acondicionado y al olor en las cabinas porque no podíamos utilizar las cisternas en los baños", ha explicado. "Había alimentos, pero nada (para comer) que tuviera que ser cocinado. Comimos mucho pan", ha añadido.

Los pasajeros han sido recibidos con gritos de alegría por el comité de bienvenida organizado por las autoridades de las Seychelles, así como por los periodistas que buscaban sus testimonios. Los turistas, desorientados, fatigados, a veces con una sonrisa de alivio en los labios, buscaban sus equipajes, colocados en el muelle. Los tripulantes también han desembarcado.

Mil personas a bordo

Desde el martes, el 'Costa Allegra', que llevaba aproximadamente 1.000 personas a bordo, fue remolcado por un atunero francés hasta Puerto Victoria y escoltado por los guardacostas de las Seychelles para hacer frente a un eventual ataque de piratas somalíes. El lunes, el navío sufrió un incendio en la sala de máquinas el que paralizó los motores y provocó una falla general, pero sin causar víctimas.

Sin embargo, testimonios indirectos ya habían revelado que los pasajeros se vieron obligados a dormir en el puente debido al calor y a la oscuridad que reinaban en el barco. El aire acondicionado no funcionaba y las cocinas estaban cerradas. El capitán del crucero, Niccolo Alba, ha desvelado que "los pasajeros fueron equipados para ser avacuados, se pusieron los chalecos salvavidas y fueron conducidos hacia los botes salvavidas".

La orientación

Mientras tanto, en el puerto de Victoria, azafatas con camisetas azules y flores amarillas han ayudado a los pasajeros a orientarse. Dieciséis autobuses debían llevar a quienes lo desearan hacia el aeropuerto, donde dos aviones, fletados por la compañía Costa y que esperaban desde la víspera, despegarán este jueves hacia Europa. Más de la mitad de los 627 pasajeros han decidido sin embargo continuar sus vacaciones en las Seychelles, pagadas por Costa, según esta compañía.

"Será difícil organizar la llegada suplementaria, porque muchas personas decidieron quedarse aquí de vacaciones, pero podrán descansar y disfrutar del Carnaval (previsto el viernes en las Seychelles), y de este paraíso terrestre", ha prometido el director de la Oficina de Turismo local, Alain St Ange. Además de los pasajeros de 25 nacionalidades diferentes --en su mayoría italianos, franceses y austríacos- el 'Costa Allegra', un portacontenedores de 188 metros de eslora transformado en barco de crucero, transportaba a 413 tripulantes.

Este incidente se produjo en el peor momento para el armador Costa Crociere, una filial del gigante norteamericano Carnival, objeto de numerosas demandas después del naufragio de otro de sus barcos, el 'Concordia', en un accidente que dejó 32 muertos el 13 de enero cerca de la isla italiana del Giglio.