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Restos de víctimas del 11-S acabaron en un vertedero

Procedían de los ataques contra el Pentágono y del avión desviado que se estrelló en Pensilvania

WASHINGTON Actualizado: Guardar
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Los restos de algunas de las víctimas de los atentados del 11-S fueron incinerados y llevados a vertederos, ha admitido hoy por primera vez el Pentágono.

La revelación se produjo tras una inspección realizada por el departamento de Defensa en la morgue de la base de la Fuerza Aérea en Dover (Delaware), ya en la mira por sospechas de mal manejo de los cuerpos de soldados estadounidenses caídos en las guerras de Irak y Afgnistán.

Los fragmentos de restos humanos provenían de los ataques de 2001 contra el Pentágono y de un avión desviado que se estrelló en Shanksville, Pensilvania, el 11 de septiembre de aquel año, señala el informe.

Incinerados y eliminados

El Ejército reconoció el año pasado que partes de los restos de los soldados que habían sido llevados a la morgue de la base de Dover habían sido incinerados y eliminados en un vertedero de Virginia, una práctica que enfureció a las familias de los militares y que habría sido corregida. A partir de 2008, el Ejército decidió deshacerse de los restos cremados no identificados en el mar.

Pero la revisión difundida hoy ha revelado que "numerosas partes de restos (de los soldados y funcionarios muertos) en el (ataque contra el) Pentágono y en el desplome del avión en Shanksville, Pensilvania" también fueron llevados a un vertedero.