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Messi florece en Leverkusen

El argentino sirvió un gol, anotó otro y tropezó con el palo en la victoria en terreno alemán | Alexis Sánchez marcó dos tantos

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En esta ocasión no hubo despiste. El Barça obtuvo este martes una merecida y amplia victoria en Leverkusen, que le acerca, y mucho, a los cuartos de la ‘Champions’. Los azulgrana dominaron el partido de cabo a rabo y no permitieron la sorpresa del Bayer, un equipo que reconoció su inferioridad sin pudor. Alexis, con un doblete, y Messi, que ejerció de pasador y de anotador, dieron la victoria blaugrana, que debe tener un efecto balsámico tras el batacazo en Pamplona.

El Barça, que dejó a Xavi y Piqué en la grada (el centrocampista sigue lesionado, mientras que el defensa pudo pagar los platos rotos del naufragio del Reyno de Navarra), salió desde el minuto uno muy decidido a ir a por el rival. Y es que los antecedentes del encuentro no eran los mejores para los de Guardiola. Por un lado, la derrota de Pamplona aún escocía en las expedición azulgrana, y por otro pesaba lo que le había costado siempre a este equipo entrar en competición en los octavos de la Liga de Campeones. En los tres cursos anteriores, sufrió en Stuttgart, Lyon y Londres (Arsenal). Así que con estas premisas, el once catalán -con la defensa titular y con Iniesta, Cesc y Busquets en el centro, y Messi, Alexis y Adriano en punta- se lanzó a encarrilar pronto la eliminatoria.

A diferencia de Pamplona, a los jugadores se les veía tensos, con la mirada de tigre que necesita un deportista cuanto compite al más alto nivel. El rival, además, ayudaba. Cerrados en un 4-5-1, los alemanes entregaron todo el control del balón y del terreno del juego al Barça. El Bayer, que no es un equipo que represente a la nueva hornada del fútbol alemán, representada por Joaquim Löw, que se caracteriza por el juego creativo e imaginativo, se encerró atrás y su única ambición era cazar un balón aéreo, ya fuera de córner o de saque de banda. Muy poco fútbol para intentar ganar al actual campeón de Europa. El propio técnico germano se rindió a la evidencia en la previa: «Sería un milagro eliminar al Barça», dijo Robin Dutt. Con esa premisa, lo único que buscó fue el fallo del rival. Tanta superioridad hasta sorprendió al Barça, que tenía el balón dominado y controlaba dos terceras partes del terreno de juego, pero tampoco creaba peligro. Eso sí, no perdía los nervios.

Tenía un 80% de posesión de pelota y era cuestión de tocar y tocar hasta que apareciera el duende. Es decir, hasta que irrumpieran o Messi o Cesc. Primero lo hizo el argentino. Controló un balón que no tenía dueño en el centro del campo, levantó la cabeza, vio a Alexis desmarcado y le lanzó un pase mortal por encima de la defensa. El chileno controló al borde del área y cruzó por debajo de las piernas de Lena. Golazo y además antes del descanso para serenar y poner las cosas en su sitio: el campeón puede haber perdido la Liga, pero en la Champions va a por todas.

Otra genialidad

Tras la reanudación, los alemanes avanzaron las líneas. De hecho, no les quedaba otra. O iban a por el Barça o la eliminatoria se les escapaba. Su mayor ambición tuvo premio bien pronto y una vez más el Barça encajó un gol en un despiste defensivo. Después de varios rechaces, Corluka llegó hasta la línea de fondo, centró al área y Kadlec se anticipó a Alexis (¿qué hacía allí?, ¿dónde estaba Alves?) para poner el empate en el luminoso. El Bayer no se lo podía ni creer: había llegado una vez y había hecho un gol. Un cien por cien de efectividad, que no afectó a los azulgrana, que prácticamente en la siguiente jugada volvieron a ponerse por delante.

En esta ocasión, la genialidad en forma de pase imposible partió de Cesc. Lanzó entre tres defensas un pase increíble y muy vertical, de nuevo hacia Alexis, que tampoco perdonó. Segundo tanto para el chileno y el Barça recuperaba la tranquilidad en un partido muy raro, en el que los azulgrana habían hecho dos goles a la contra frente a un equipo que estaba muy cerrado, que salía poco de su campo, pero cuando lo hacía, sobre todo en la segunda parte, se estiraba con tres o cuatro efectivos, lo que sorprendía al Barça.

Con 1-2 en el marcador, el equipo blaugrana volvió a evidenciar problemas en defensa. Y es que, los alemanes, con muy poco, hicieron un gol y estrellaron un balón al palo de Valdés. En el 72, Messi estuvo a punto de hacer el gol de la temporada. Recogió en la banda, se deshizo de dos con un único auto-pase y ante la salida del portero se la picó pero dio en el palo. El premio le llegó casi en el tiempo límite. Se asoció con Alves, a quien pasó en profundidad. Parecía que el brasileño iba a culminar, pero sorprendió centrando a Messi, que tirándose al suelo marcó con la pierna izquierda. Broche perfecto para un partido con un resultado casi redondo para los azulgrana. En ‘Champions’ van lanzados: han ganado fuera los últimos seis partidos. Nada que ver con la Liga.