literatura

Dragó, ese niño raro

El escritor madrileño presenta 'Esos días azules', los recuerdos de su infancia y adolescencia

MADRID Actualizado: Guardar
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Fernando Sánchez Drago disfruta jugando con el tiempo. Pero no solo con el que ha vivido o el que cuenta en sus libros, sino también con los días y los meses que le gustarían que fueran. Así fija el comienzo de su vida no el 2 de octubre de 1936, fecha de su nacimiento, sino el día en que fue concebido. Le gusta pensar que fue en la Nochevieja de 1935, una "noche de champán y alegría". Y en ese imaginario del escritor comienza su última obra 'Esos días azules' (Planeta), donde Sánchez Dragó desgrana su infancia y adolescencia, aunque viajando con frecuencia por los avatares de su vida y la actualidad.

De este modo, no se cortó un pelo a la hora de criticar a Stéphane Hessel y sus libros '¡Indignaos!' y '¡Comprometeos!', dos obras que "no dicen absolutamente nada". Aseguró que el diplomático francés "se está forrando" por dos obras que son "un insulto a la inteligencia".

Sánchez Dragó ha subtitulado sus memorias como 'Memorias de un niño raro' porque así se sintió su infancia. Todo comenzó cuando tenía tres años y una amiga de su madre le preguntó qué quería ser de mayor. "Contesté que escritor". Una contestación rara para un "niño raro", como él mismo se define. En cambio, odia la palabra provocador. "Pienso lo contrario en todo a lo que todo el mundo piensa. Tengo pensamientos provocadores, pero no soy un provocador", aclaró.

Sin melancolía

En las quinientas páginas del libro, Sánchez Dragó se ha despojado de su imagen pública para ofrecer lo que él llama "vida secreta". "Las memorias deben ser cirugía a corazón abierto. Quien no esté dispuesto a contarlo todo, que recurra como García Márquez a disfrazarla de novela", indicó. En 'Esos días azules', Dragó consideró que ha conjugado el amor a la soledad, la belicosidad, la búsqueda de la libertad y la lujuria, "mi pecado capital". No obstante, aclaró que "solo hay un 20% de sexo en el libro" y que si algo tiene en esta vida es que nació libertino y morirá en esta condición. Eso sí, no dudó en aclarar cuál es su actual vida sexual: "Antes salía los siete días a la semana. Ahora me corro una: me tomo una galletita de marihuana, me echo al bolsillo una petaca de whisky, me tomo diez gramos de cialis (viagra) y me voy. A veces, tengo suerte".

Este repaso a su vida solo es el comienzo de otros tres volúmenes que Sánchez Dragó quiere escribir sobre su vida porque todavía le queda cuerda para rato. Aseguró que no hay nada de nostalgia, solo melancolía de tiempos mejores como la infancia o la adolescencia. Solo hay unos cuantos lamentos, como el de meterse en política o haber abandonado Japón e India para regresar a España. Y prometió seguir escribiendo porque no se siente viejo, no como Antonio Machado que "fue un viejo joven" y del que toma prestado el nombre del libro. 'Esos días azules' era el comienzo de un poema que le encontraron en la chaqueta al poeta sevillano cuando murió. Azul también era el color de los ojos de la madre de Sánchez Dragó.