Vista de La Monumental, llena hasta la bandera. / Efe
ÚLTIMA CORRIDA EN LA MONUMENTAL

«Confío que en 2012 habrá toros en Cataluña»

El torero catalán Serafín Martín comparte el último cartel de la historia de la Monumental con José Tomás y Juan Mora

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Serafín Marín (Montcada i Rexac, 1983) matará este domingo el toro más importante de su carrera. Diez años después de su debut, se enfrenta al "triste honor" de dar el estoque a la última corrida de la historia de la plaza Monumental de Barcelona. A partir del 1 de enero, la Fiesta estará prohibida en Cataluña.

-¿Cómo se siente el torero que hará el último estoque de la historia en Cataluña?

-Un poco triste. Después de una trayectoria, ves que tu carrera se esfuma en cuestión de un momento. Ves que tu trayectoria como profesional la van a cerrar a capa y espada.

-Debe de ser extraño no poder ejercer su profesión en su tierra

-Es como si te cortan las alas. Yo hice todo en Barcelona: debuté de luces, tomé mi alternativa, maté seis toros... allí he hecho todas mis gestas. Es un pasado que me lo han cerrado.

-En sus últimas apariciones en la Monumental se ha dejado ver con barretina y un capote de senyera, ¿prepara algo especial para la última corrida?

-Lo dejamos ahí. Habrá sorpresa seguramente, pero no voy a desvelarla.

-Cartel de no hay billetes, reventa de 500 euros la entrada. La expectación es enorme.

-Va a estar hasta la bandera. El domingo será increíble. Va a ser una fecha histórica por culpa de cuatro y es normal que la gente esté más movilizada.

-¿Tiene alguna esperanza de que algún día vuelvan los toros a Cataluña?

-Por supuesto. Aún nos quedan tres cartas por jugar: el Tribunal Constitucional, las 500.000 firmas para pedir que la tauromaquia sea declarada bien de interés cultural y el cambio de Gobierno tras el 20-N. Son tres cartas muy importantes para nosotros. Yo confío mucho en las 500.000 firmas. Luego también confío en el Constitucional, aunque será un poco más tarde. En 2012 seguirá habiendo toros en Cataluña, que es lo que queremos, sin que nos puedan decir nada.

-¿Cree que el factor identitario/nacionalista pesó más que el animalista a la hora de promover la prohibición?

-Sin duda. No hay cuestiones animalistas como nos quieren vender.

-¿Cómo es posible entonces que el movimiento abolicionista se esté extendiendo por toda España?

-Si no le dejamos, este movimiento no se extenderá por toda España. Ahora estamos luchando para ello.

-En cualquier caso, la decisión la tomó un parlamento democrático y por una mayoría de 68 votos a favor y 55 en contra.

-Aquí la democracia se ve poco. Aquí lo que queremos es democracia y libertad y que todo el mundo haga lo que quiera, entre comillas. Si quiero asistir a un espectáculo de toros, ¿por qué no puedo asistir? ¿Dónde está la libertad? El que va es porque le apetece. Son espectáculos que nadie te obliga a ir.

-¿Considera que el movimiento animalista va a más, como empieza a verse en tradiciones como el toro de Vega o en las corridas?

-No. Aunque lo mejor es trabajar para que el día de mañana no nos encontremos con una sorpresa. La solución a la prohibición debe ser política, porque el debate está completamente politizado.

-El hecho de que los toros pasasen a depender de Cultura y no de Interior, ¿de qué les servirá?

-De momento, con esto nos cambian el símbolo, somos un arte. Tenemos que estar en Cultura, no en Interior. Y nos puede beneficiar en muchas cosas. Estamos unidos para seguir luchando por nuestra profesión. Mire en Francia, que se ha declarado bien de interés cultural. Los franceses nos han dado una lección. Nos falta un presidente con dos cojones como el de allí.

-En un tiempo algo lejano, Barcelona llegó a tener tres plazas de toros a la vez. ¿Qué ha pasado para que la afición haya menguado?

-La afición en Cataluña está yendo más a los toros desde que se han prohibido. Ahora solo hay una plaza por circunstancias de la vida. Pero va menos gente relativamente, porque los toros son el segundo espectáculo que más dinero genera y que más gente arrastra (por detrás del fútbol). Fíjese que la plaza de toros de Barcelona genera en esta ciudad más dinero que el baloncesto, por ejemplo.

Detractores y partidarios

-¿Comprende que haya gente que no acabe de ver dónde está el arte en dar muerte a un toro?

-Comprendo, aunque no comparto. Va con la persona, que tiene que tener un campo de visión completamente diferente. Hay que ver otras cosas más allá de la tortura, como la denominan los antitaurinos.

Yo no busco el maltrato al animal, yo estoy percibiendo otras cosas, de emoción cuando hay una faena muy buena.

-¿Es moralmente lícito disfrutar con el sufrimiento de un ser vivo?

-Cada uno va como va. Nosotros no estamos viendo el maltrato animal, estamos viendo arte y belleza. Cuando cuajas un toro, sus embestidas, es una lucha de un animal contra un hombre. E igual que la vida la puede perder el toro, la puede perder el hombre.

-Los defensores del mundo del toro suelen apelar a la tradición como argumento para mantener la Fiesta. Pero también hay muchas tradiciones que se han ido adaptando a los nuevos tiempos, como por ejemplo la caza del zorro en Reino Unido. ¿Cree que la tauromaquia debe dar pasos para actualizarse?

-¿Cómo te vas a actualizar en el toreo?, ¿no matando al toro? Hay que matarlo porque es una lidia. Son matices que no se puedan cambiar porque entonces no sería una corrida de toros. La muerte del toro y la lidia son indisolubles. En Portugal no se mata al toro, pero no es lo mismo. Yo prefiero un toro que muera en la plaza que no uno en Portugal que se pasa dos días con las banderillas clavadas en el corral. Yo prefiero matarlo en el acto. Además, no se matan todos.

-¿Qué siente cuando le llaman asesino o maltratador de animales?

-A nadie le gusta. Pero no te puedes poner a la altura de los animalistas. A veces los toleras, pero haces oídos sordos. Es lo único que podemos hacer.