FÚTBOL | PRIMERA DIVISIÓN

El Madrid se seca en el Ciudad de Valencia

Los blancos, espesos y sin puntería, cayeron ante un Levante que se aprovechó de la suplencia de Cristiano y de la expulsión de Khedira durante una tangana

MADRID Actualizado: Guardar
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La pasada temporada solo sacó un empate sin goles en Liga, y esta vez fue aún peor, porque el Real Madrid se dejó en el Ciudad de Valencia tres puntos de los que, como ya se demostró el primer año de Mourinho, se pueden echar muy en falta después para adjudicarse el título. Aparte de ironizar sobre la pelea por la permanencia, Mourinho se quejó la víspera de que el Levante juega en su casa en un campo sin agua y con el césped más alto de lo normal, pero el Madrid se mostró de nuevo incapaz, y ya van tres partidos consecutivos, no solo de ganar en el estadio del Levante, sino de marcar un solo gol. El Madrid, sin Cristiano Ronaldo en el once, y con diez durante más de 50 minutos por expulsión del reaparecido Khedira, fue el que volvió a quedarse otra vez seco en el Ciudad de Valencia. El Levante se aprovechó de la suplencia de Cristiano y de la expulsión de Khedira, y el Madrid, muy lejos de emular al Barça, dio un inesperado paso atrás, sintiéndose de nuevo perseguido por el arbitraje, aunque tampoco puede ocultar la autocrítica por un encuentro tan espeso. Como se temían los blancos, el Levante fue un duro rival, pero sorprendió un Madrid tan triste después del 8-0 del Barça.

El Madrid estuvo fatal con diez, pero ya le faltó velocidad y puntería en una primera parte que dominó pero de la que no supo sacar partido, porque se contagió del ritmo lento del Levante y no encontró el objetivo pese a las cantadas de Munúa, a quien se le escurrió en más de una ocasión el balón entre los guantes. Kaká, sustituto de Özil en el once, y Benzema, tuvieron una tarde negra. Ambos fallaron un par de ocasiones en el primer tiempo, pero la más lamentable fue la del francés, que sin guardameta, tenía casi toda la portería para él y lanzó al pie de Ballesteros para que el central impidiese que el Madrid se adelantase en el ecuador de la primera parte. Coentrao, adelantado como interior izquierdo para ocupar el puesto de Cristiano una vez recuperado Khedira para el medio centro, estuvo demasiado alocado y tampoco aportó nada en ataque. Al Levante le bastó para mantener su portería a cero con su defensa y la falta de ‘punch’ de los blancos.

El Madrid llegó a jugar andando, mientras Cristiano, deseando saltar al césped, se desesperaba en el banquillo viendo las ocasiones falladas por sus compañeros, y las pocas ideas para sorprender, porque había poquísima claridad y movilidad en ataque. El Levante solo pensó en contener en la primera mitad, y cuando salía a la contra casi siempre lo hacía por la banda de Sergio Ramos, aunque entonces apenas tuvo un par de llegadas al área de Casillas y cuando debió controlar se asustó. Tenía dominado el Madrid, al que solo le faltaba el gol, pero todo se complicó con la expulsión de Khedira por la segunda amarilla que se llevó por dar un empujón a Ballesteros tras una tangana provocada por una entrada de Di María a Nano. El extremo argentino fingió tirándose al suelo como si hubiesen dado un puñetazo, y el duro Ballesteros, al que le gusta estar en todas, provocó la expulsión de Khedira. Rigurosas para algunos las dos amarillas que le mostraron, pero cuando los ánimos se habían calentado en ese conato de pelea, el tunecino estuvo muy torpe al empujar a Ballesteros delante del línea.

Obligado, Mourinho insistió con el dúo Xabi Alonso-Coentrao en el centro del campo y debió sacar ya a Cristiano, para intentar arreglarlo, pero lejos de mejorar, los blancos estuvieron bastante peor y apenas tuvieron ocasiones. El Levante incluso se creció dada su superioridad numérica, y el Madrid se salvó del gol a la primera, pero no a la segunda. En otra contra, Juanlu quiso resolver por su cuenta y su remate cruzado se marchó rozando el palo de Casillas. Pero no pasó mucho tiempo para que, ya que el Levante estaba tan confiado y el Madrid roto y tan lento, Koné fusilase a Casillas y obligase al Madrid a un intento de remontada sin éxito. El Levante mantuvo sin embargo a raya al Madrid hasta el final, y con escasa reacción, ni siquiera hubo un intento de épica por parte de los blancos. En cambio, los locales pudieron ampliar su ventaja.