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Un poco más tranquilos y a la espera de la FED

El Ibex-35 cierra la sesión con un descenso del 0,06%, situándose en los 10.226,20 puntos

MADRID Actualizado: Guardar
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El Gobierno griego esquivó el primer escollo para evitar la quiebra: el primer ministro, Yorgos Papandreu, logró superar la cuestión de confianza que había planteado, lo que allana la aprobación parlamentaria de los planes de austeridad que reclaman Bruselas y el Fondo Monetario Internacional para desbloquear la llegada del próximo tramo del rescate aprobado hace un año y, posiblemente, también, allana la negociación del previsible próximo plan de ayuda. Para analizar los recortes, que rondarían los 28.000 millones de euros, Evánguelos Venizelos, el nuevo ministro heleno de Finanzas, se reunió este miércoles por la mañana con los representantes enviados por Bruselas y el FMI. Los inversores internacionales y también la Comisión y el propio FMI quieren que las nuevas medidas de consolidación fiscal cuenten con el máximo apoyo posible dentro de Grecia, es decir, que sean aprobadas por consenso el próximo 28 de junio. Pero, este miércoles, en una entrevista concedida al 'Financial Times', Antonis Samaras, líder del principal partido de la oposición, el conservador Nueva Democracia, en el poder hasta finales de 2009, afirmó que votaría en contra de las nuevas medidas de austeridad en el Parlamento.

Veremos si la votación del próximo martes mete ruido, o no, en los mercados. Por lo pronto, las declaraciones de Samaras no hicieron mella este miércoles en la deuda griega, cuyo diferencial continuó reduciéndose, a diferencia de lo que sucedía con las primas de riesgo del resto de las deudas, que sí se ampliaron en la segunda mitad de la sesión. Por ejemplo, la prima de riesgo de la deuda española, que llegó a caer hasta el 2,5% a primera hora de la mañana, subía hasta el 2,58%, siete centésimas por encima del cierre de la sesión anterior. Pero la prima de riesgo de Irlanda subía con mucha más virulencia.

En el mercado de divisas, el euro se mantuvo por encima de 1,44 unidades, aunque poco después del cierre de la sesión perdía ese nivel ante unas declaraciones poco afortunadas de Jean-Claude Juncker, que alertaba sobre la gravedad de la crisis griega y el riesgo de que se extienda por toda la zona euro en caso de que las autoridades cometan errores en su gestión.

Aunque la negociación del plan de rescate griego sigue su curso: según informaba la agencia de noticias de Bloomberg, Alemania, Francia y Holanda han comenzado las conversaciones con bancos y aseguradoras para ver el modo en el que el sector privado va a participar en él, porque, aunque la participación será voluntaria, debe ser importante, según el deseo de la canciller Angela Merkel.

Los mercados de renta variable europeos ya habían descontado que Papandreu saldría victorioso del primer examen. Como suele ocurrir, los inversores compraron con el rumor y, aunque no vendieron con la noticia, estuvieron cerca de hacerlo. Porque los indicadores cerraron la sesión bastante planos. El Ibex-35, por ejemplo, cerró con un mínimo descenso del 0,06%, para dar un último cambio en los 10.226,20 puntos. Similar comportamiento firmó el Ftse 100 británico, mientras que el Dax alemán y el Cac 40 francés ceste miércoleson un 0,10% y un 0,15%, respectivamente. Pero le fue al PSI-20 de Lisboa, que retrocedió un 0,72%, mientras que el Ftse Mib de Milán cayó un 0,44%. El selectivo griego retrocedió más de un punto porcentual.

En la agenda macroeconómica de la sesión, los datos en Europa volvieron a ser débiles. En España, las hipotecas concedidas en abril sufrieron un fuerte descenso interanual del 38,2%, frente a la caída del 20,2% registrada el mes anterior. El sector inmobiliario español sigue sin levantar cabeza. Aunque el sector exterior mostró una mejora: el déficit comercial se redujo en abril respecto al mes anterior. En la zona euro se publicaron cifras de pedidos industriales, que fueron decepcionantes, porque aumentaron un 8,6% interanual en abril, cuando el mercado esperaba un aumento del 14%. Mientras que la confianza de los consumidores de la zona euro se deterioró en abril en línea con lo esperado por los analistas.

Con los ojos puestos en Bernanke

En Estados Unidos, conocimos cifras de las solicitudes de hipotecas semanales, que decrecieron, y la evolución de los precios de la vivienda en abril, que subieron un 0,8%, según la Federal Housing Finance Agency, cuando los analistas esperaban un descenso del 0,3%. Pero, sin duda, la cita más importante del día era con la Reserva Federal norteamericana y con su presidente, Ben Bernanke.

La decisión sobre los tipos de interés se conocería antes de lo que es habitual: a las seis y media de la tarde. A las ocho, la autoridad monetaria daría a conocer sus previsiones económicas para los años 2011-2013. Y, a las ocho y cuarto, Ben Bernanke comparecería ante los medios de comunicación, una práctica de transparencia que comenzó en la reunión de abril. Los analistas estarían muy pendientes de las previsiones de la Fed, porque darían muchas pistas sobre si el enfriamiento al que asiste ahora la economía americana es coyuntural o estructural y, también, a los nuevos detalles sobre la estrategia de salida de la política heterodoxa de Bernanke. Por lo pronto, la Fed mantuvo los tipos de interés y confirmó que, una vez terminado el programa de compra de bonos, no adelgazará el balance: seguirá reinvirtiendo intereses y vencimientos. Además, en el informe posterior a la reunión, avanzó que confía en que la desaceleración económica sea temporal y se reacelere en la segunda parte del año.

En Estados Unidos, los indicadores de renta variable se mantenían a la espera de conocer los detalles de la reunión de la Fed. Y quizá por esta razón también las Bolsas centrales del Viejo Continente cerraron sin mucho movimiento.

En el mercado de deuda pública americana, el interés de los bonos bajaba, lo que implica que el efecto del fin del programa de compra de bonos no está poniendo muy nerviosos a los inversores.

Aunque hubo otro factor que pesó contra los indicadores europeos: los resultados de H&M, débiles, y el 'profit warning' lanzado por Philips, que le ocasionó pérdidas de más de un 12% al principio de la sesión, que al cierre se habían reducido hasta el 8%.

En el selectivo español, Mapfre y Endesa lideraron los ascensos, con ganancias de poco más de un 1%. A continuación, ArcelorMittal y Criteria, que ganaron alrededor de un 0,9%. Entre los grandes, al alza cerraron Iberdrola, con un repunte del 0,67%. Telefónica, por su parte, ganó un 0,21%. Pero Santander perdió un 0,31% y BBVA, un 0,42%, lo mismo que Repsol YPF. Los descensos alcanzaron a otro banco, el Sabadell, que retrocedió un 0,14%, pero no al Popular ni a Bankinter, que subieron un 0,03% y un 0,19%, respectivamente.

Abengoa fue el peor valor de la jornada, con un recorte del 2,59%. Gamesa, por su parte, retrocedió un 2,07%. ACS e Indra fueron los valores que ceste miércoleson más de un 1%.

Fuera del selectivo, Biosearch fue el valor que más subió, con una fuerte revalorización del 20,28%. A continuación, Quabit y Elecnor, que registraron subidas de un 4,57% y de un 4,54%, respectivamente. Prisa fue el valor que más cayó, con un descenso del 7,29%.

En el mercado de materias primas, subidas en el crudo, ante la reducción de las reservas de combustibles en Estados Unidos, mientras que el precio del oro y de la plata continuaban al alza.

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