''caso faisán'

El Ejecutivo y la bancada 'popular' vuelven a intercambiar reproches en la sesión de control por el chivatazo a ETA

El Gobierno cree que el PP quiere ocultar el principio del fin de la banda terrorista

MADRID Actualizado: Guardar
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Nueva sesión de control y nuevo enfrentamiento entre el Gobierno y el PP con el caso del chivatazo a ETA como trasfondo. El Ejecutivo ha reprochado a los 'populares' que estén intentando ocultar el éxito de la política antiterrorista porque en el fondo al principal partido de la oposición, según el Ejecutivo, no le gusta lo que está pasando: el principio del fin de ETA. Tres ministros -el vicepresidente y titular de Interior y los de Presidencia y Justicia- han tenido que responder en el pleno a preguntas de diputados del PP sobre el supuesto caso del chivatazo que alertó a ETA de una operación contra su red de extorsión.

El vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba ha asegurado que al diputado 'popular' Ignacio Gil Lázaro, que suele preguntarle en cada sesión de control por este asunto, no le interesa la verdad del caso, que, ha recordado, se está dilucidando en los tribunales. Según Rubalcaba, Gil Lázaro "se está dedicando a poner sordina a la lucha antiterrorista porque en el fondo no le gusta lo que está pasando: estamos ante el principio del fin de ETA; esta semana, mejor que la anterior y la semana que viene, mejor", lo que, ha asegurado, le recordará una y otra vez en el Congreso.

Una estrategia "sospechosa"

La misma opinión ha expresado el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, que además ha considerado que el PP no debería incluir en su estrategia de oposición la política antiterrorista. Para Jáuregui, resulta "muy sospechoso" que esta política se centre sobre una actuación que no tuvo repercusión en la lucha antiterrorista y "precisamente" en este momento, cuando el Ministerio del Interior "nos está colocando -ha dicho- en el momento más interesante y cercano a la paz que hemos tenido nunca en la historia".

Rubalcaba ha exigido al PP que pida disculpas públicas al secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, y ha defendido su "honor", al igual que hizo tras el último Consejo de Ministros cuando se mostró convencido de que éste no tiene nada que ver con el chivatazo. Gil Lázaro ha recordado esa rueda de prensa y ha reprochado a Rubalcaba que "aún" se atreviera "a pedir a otros que pidan perdón", cuando el único que tiene que hacerlo es él. Según el diputado 'popular', Rubalcaba es el responsable político "de la mayor bajeza" cometida por el departamento de Interior después de la "guerra sucia", un caso que "apesta a cloaca de Estado".

"Servicios futuros" de Camacho

El también diputado del PP Ignacio Cosidó, que ha sido el interpelante de Jáuregui, ha insistido en que este caso solo puede explicarse con la existencia de una orden política. Cosidó ha pedido al Gobierno "coraje político" para decir la verdad al considerar que la estrategia de intentar eludir la responsabilidad política para evitar responsabilidades penales supone un "daño inmenso" al Estado de derecho y a la Policía.

También el ministro de Justicia ha tenido que responder al PP sobre este asunto, esta vez en relación a si la nueva situación administrativa del secretario de Estado de Seguridad -desde cuyo teléfono se realizaron llamadas al ex director general de la Policía e imputado en el caso Víctor García Hidalgo en esos días- tiene algo que ver con la reactivación del 'caso Faisán'. Camacho, según publicó el Boletín Oficial del Estado en noviembre de 2010, pasó de ser fiscal en excedencia voluntaria a tener "servicios especiales con carácter retroactivo".

El diputado del PP Jorge Fernández Díez ha dicho tener la sensación de que se está facilitando al secretario de Estado la salida "a servicios futuros". Más que un pase a servicios especiales, se "está pagando servicios políticos especiales" a Camacho, ha indicado Fernández Díez, quien ha advertido al titular de Justicia: "con cosas como ésta no va a poder evitar que le caigan encima las plumas del faisán". Caamaño ha acusado al PP de tener una "visión ruin" y anteponer "la insidia al honor de las personas y el mezquino e interesado falseamiento de las cosas al conocimiento de la verdad".