SELECCIÓN | AMISTOSO

Portugal castiga a la España campeona

El homenaje a los campeones y a la candidatura ibérica terminó con una derrota todavía más dolorosa que en Argentina

ENVIADO ESPECIAL A LISBOA Actualizado: Guardar
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Discreto empate en México, abultada derrota en Argentina y, esta vez, varapalo ante Portugal, premiada por jugar con varias marchas más y un espíritu mucho más competitivo que unos campeones reservones. Y ahora no cabe como justificación hablar del verano y de que Del Bosque alineó a un once de circunstancias como en Buenos Aires.

No, en Lisboa jugaron de salida todos los campeones del mundo menos el enfermo Pedro, reemplazado por Silva. Y salieron escaldados porque, seguramente, pensaron más en la Liga y en el clásico que se avecina que en la defensa de su imagen, de su prestigio, de esa estrella de campeones que lucían en su camiseta de estreno. Enfrente, los ‘súbditos de Cristiano’ no estaban para festejos, ni para parafernalias.

Definitivamente, la selección debe pensárselo muy bien a la hora de diseñar los amistosos. Porque tiene muy poco que ganar y mucho que perder. Resultados y partidos así dañan el estatus del equipo y cierran con cierto sabor amargo un año de ensueño. Portugal se tomó sólo en cierta medida el desquite del Mundial, ya que los ‘jogos particulares’ son otra historia, y consolida su mejoría con Paulo Bento, ya con tres triunfos desde que sustituyó a Queiroz. Su equipo es más rápido, más profundo, más valiente.

Mala promoción

Ver el estadio Da Luz con menos de media entrada no fue, precisamente, la mejor promoción de la candidatura ibérica para organizar el Mundial 2018. Un duelo entre dos viejos rivales y con los monarcas universales en liza, se merecía mucha mayor atención de la afición. También la celebración del centenario de la República de Portugal Pero entre la saturación televisiva y la crisis, hasta el fútbol se resiente.

Pese a la frialdad del escenario, enseguida se comprobó que sobre el césped no hay amigos. Los lusos nos tenían ganas, y muchas. La derrota en Ciudad del Cabo, todavía les escuece. Metían el pie con más intensidad que los españoles, Y ese punto más se notaba en cada disputa. Nani, por derecha, y Cristiano, por izquierda, generaban peligro porque se aprovechaban de la lentitud de Capdevila y de los desajustes provocados por Sergio Ramos. Por ambos flancos venía el peligro de una Portugal que salió sin Pepe.

Con su once tipo, Del Bosque quiso homenajear a los héroes de Sudáfrica. Pero dispuso una colocación extraña, ya que el grancanario salió como falso delantero centro. La selección salió tan desubicada como adormilada. Mediada la primera parte, Del Bosque ordenó permutar las posiciones. Una vuelta a lo más natural, con Silva hacia la derecha, Iniesta en la izquierda y Villa por el centro,

Cristiano no entiende de amistosos, ni de efemérides. Lo suyo es competir, marcar el territorio, someter al adversario. Pronto, hizo una dura entrada a Busquets, que Piqué y Puyol le recriminaron. Empezaba a jugarse el clásico. Arrastraba molestias pero quería medir a los azulgrana, Y sus arrancadas provocaron un pinchazo muscular de Piqué, cada vez más dificultado para las ayudas.

En la mejor jugada de España de todo el partido, Iniesta se asoció con Capdevila y el magnífico centro del catalán no acertó a rematarlo con precisión Silva. Esa acción pudo cambiar la noche. España tocaba mejor pero con cierta parsimonia, como si fuera un rondo de un entrenamiento. Marcaba estilo pero el rival iba más e serio. Percutía con brocas más gruesas.

Cristiano se percató de que Piqué sufría y le buscó. Hizo una jugada maestra, picó sobre Iker y, cuando ya celebraba el golazo, a Nani no se le ocurrió otra cosa que meter la cabeza. Un error mayúsculo del extremo del Manchester United, al que Cristiano miró con desprecio, como perdonándole le vida. Y al borde del descanso, un zapatazo del activo Ronaldo preludió el primer gol. Casillas rechazó como pudo y el benfiquista Martins le fusiló. Premio al mayor empuje luso.

Como se preveía, el carrusel de cambios perjudicó la continuidad del juego en la reanudación, ya sin los tocados Piqué y Cristiano desde el arranque. Marchena se incorporó por el catalán, mientras que Cesc permitió descargar los tendones de Aquiles de Xavi y Torres dio descanso a Villa, que mantiene su empate con Raúl en el récord de goleadores con la ‘Roja’. En los locales, Pepe entró en lugar de su socio Carvalho, un seguro a todo riesgo por su saber estar e inteligencia al medir siempre en la anticipación. Eran probaturas, ya más propias de un choque de preparación.

Trataba España de desperezarse pero el rival le mató al contragolpe. Moutinho ingresó en el área, asistió a Helder Postiga y el ariete del Génova marcó de espuela y con rebote en Ramos. Minutos después, Nani se quedó solo pero intentó una vaselina imposible que atajó Iker. En teoría, Cazorla y Llorente debían dar mayor frescura. Pero cualquiera se resiente con la marcha de Xabi Alonso e Iniesta. Postiga aumentó el roto y Hugo Almeida completó el descosido en un choque promocional terminó entre olés.