El nuevo puente se desboca

El coste del nuevo puente de Cádiz se ha disparado. Finalmente, el Ministerio de Fomento ha tenido que poner más dinero sobre la mesa, otros 33 millones de euros, para garantizar la terminación del tercer acceso a la capital. La obra se ha convertido en un proyecto faraónico y excesivamente costoso. Cabe preguntarse ahora quién es el responsable de que la obra sume en estos momentos los 506 millones de euros de inversión y acumule más de dos años de retraso. El proyecto del nuevo puente de Cádiz es un pozo sin fondo que empezó a engullir dinero el mismo día de su adjudicación, noviembre de 2006. El entonces Gobierno socialista, presidido por Rodríguez Zapatero y con Magdalena Álvarez al frente de la cartera de Fomento, adjudicó la obra a Dragados por 273 millones de euros. El primero en mostrar cierta extrañeza por el precio de salida fue el propio redactor del proyecto, el ingeniero Javier Manterola, que reconoció de manera muy sutil que esa adjudicación era muy justa. Desde luego no se equivocó y el tiempo le ha dado la razón. En siete años, el puente ha doblado su importe con un sobrecoste de 233 millones de euros. Estaba claro que Dragados no iba de farol el pasado 7 de agosto cuando ordenó paralizar la obra hasta resolver el expediente de modificación que había presentado ante Fomento. La adjudicataria quería más dinero por los tres cambios fundamentales que ha sufrido el proyecto desde 2006 y que, sin embargo, no estaban recogidos en el contrato inicial. Se trataba del desembarco del tablero en la glorieta de El Corte Inglés, la implantación de la plataforma tranviaria entre los ejes centrales y el cambio de tramo móvil por uno desmontable. El pulso entre Fomento y Dragados ha salido por 33 millones más. Fomento ha tenido que reprogramar la financiación del proyecto y extender su pago hasta 2017.?