Al desnudo

La calma presagia tempestades, aunque sólo sea por mera estadística. La normalidad que ha presidido el proceso de selección de los candidatos populares y socialistas a las principales ciudades andaluzas -salvo en el culebrón Marbella- se ha roto en Sevilla. Una filtración sobre los coqueteos de la dirección regional de los populares con Soledad Becerril ha provocado el desamparo de Jaime Raynaud, actual portavoz municipal que lleva pidiendo desde hace más de un año y medio de que se ratifique su nominación. El «ni confirmo ni desmiento» suele ser un arma de doble filo. Raynaud se ha tomado 48 horas para meditar, porque se ha visto un tanto desamparado y amaga con irse. Javier Arenas utilizó los primeros meses de su nueva etapa como jefe de los populares andaluces para hacer una selección natural en plazas donde su liderazgo tenía detractores como Almería, Córdoba o El Ejido. Las polémicas se diluyen en la distancia y en el tiempo, pero una crisis a menos de un año de que se abran las urnas si puede acarrear ciertas incomodidades. Desde el PSOE se mira de reojo y con una sonrisa forzada este desfile, porque también hay muchos de sus correligionarios que quieren sangre nueva en la cumbre de la candidatura de la única capital andaluza donde gobiernan. Las escaramuzas en clave electoral serán una constante a partir de ahora. Tal vez alguno, para llamar la atención, le de por copiar a esa vecina sevillana que se desnudó durante el último pleno para protestar por el PGOU. Uno de sus objetivos lo logró con creces: En Sevilla, su imagen compartió portadas con los héroes de Leizpig.