SANTA JUSTA. Una viajera espera en la estación la llegada de su tren. / EFE ARCHIVO
ANDALUCÍA

Sevilla-Almería, un pasaje a baja velocidad

Más de diez millones de viajeros utilizan los trenes regionales en Andalucía. Junta y Renfe quieren mejorar este servicio para descongestionar las carreteras

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UNA comprobación rápida: Bolsa de viaje, billete, teléfono móvil, el ordenador portátil, revistas, un libro, pan, jamón serrano, queso, mortadela con aceitunas, patatas fritas, yogurt líquido, galletas de chocolate y chicles. Sí, está todo.

Un avituallamiento de estas características puede recibir críticas por su abundancia, pero se trata de una previsión moderada: Por delante quedan cinco horas y veinte minutos de viaje sin posibilidad alguna de adquirir alimentos, bebidas o golosinas, salvo si la generosidad del compañero se apiada de algún gesto furtivo con tintes famélicos.

No se trata de ningún viaje de aventuras para recorrer horizontes lejanos. Es simplemente una elección: O aventurarse al trajín de la carretera A-92 o pertrecharse bien para el recorrido que, en cinco minutos, inicia este tren regional que unirá la estación sevillana de Santa Justa con Almería. Tiempo estimado del viaje en coche: Tres horas y media. Tiempo mínimo estimado en tren: Cinco horas y veinte minutos.

La Junta de Andalucía, que carece de competencias plenas en ferrocarriles -dependen del Gobierno central-, considera prioritario recuperar el volumen de viajeros por tren. Esta cifra descendió de forma considerable en la década de los ochenta, a consecuencia de la mejora de la red de carreteras en buena parte del territorio nacional.

La puesta en marcha del AVE Sevilla-Madrid (en 1992) supuso un punto de inflexión en la decadencia de los trenes de viajeros en nuestro país y sirvió, además, como revulsivo para convertirlo en un medio de transporte competitivo con el vehículo privado.

El ferrocarril contó el año pasado con más de 30 millones de viajeros que tuvieron como punto de origen o destino la comunidad autónoma de Andalucía, según datos aportados por Renfe. El mayor porcentaje de usuarios -20 millones- corresponde a los trenes de cercanías, mientras que los denominados largas y medias distancia -los regionales-, transportaron diez millones de viajeros.

AVE para todos

Los responsables de la Consejería de Obras Públicas reiteran que los gobiernos central y autonómico trabajan para que todas las capitales de provincia -y los municipios de más de 100.000 habitantes- tengan conexiones con la alta velocidad.

Eso será en un futuro. De momento, los poseedores de un billete para el tren que sale de Santa Justa a las 11.50 horas y llega a Almería a las 17.35 horas, se debe conformar con ver desde su andén la bella silueta de los trenes AVE o Altaria que van a otros destinos. Y eso que el R-598 -modelo que Renfe puso en funcionamiento en las líneas autonómicas hace menos de un año- tiene un aspecto impecable, tanto interior como exterior.

«Buenos días, los servicios regionales de Renfe les dan la bienvenida». La voz suena clara por los altavoces. Puntualidad en la salida. Un primer examen ocular deja muy buena impresión: Pasillos limpios, asientos cómodos, maleteros amplios en cada vagón, un lugar para colgar bicicletas y hasta una pantalla en la que se emiten mensajes con la temperatura y la próxima parada. La euforia se vuelve comedida: Ni vagón-restaurante, ni bar, ni televisión, ni radio. Los amantes de la primera clase tampoco están de suerte, aquí todos somos de 'turista'.

«Señores viajeros -se vuelve a oír por los altavoces- les informamos que estamos llegando a la estación de Sevilla-San Bernardo». Primera parada, y sólo han transcurrido tres minutos desde que comenzó el viaje. No será la única vez que se repita este mensaje. La voz -en realidad, en la grabación se distingue a un hombre y a una mujer- sonará en otras quince ocasiones, coincidiendo con el número de paradas que restan hasta Almería. Paciencia.

Libro Blanco

La Unión Europea, en su Libro Blanco del Transporte, propone un reequilibrio del peso relativo de los distintos medios de transporte para que se favorezca un cambio de cuota en favor de los modelos ferroviario y marítimo. Se persigue ahorrar energía y descongestionar las carreteras y los espacios aéreos continentales.

Pero el Estado español -al igual que otros europeos- lleva décadas sin mostrar interés especial en los ejes transversales de trenes, o lo que es lo mismo, en las conexiones internas dentro de una misma región. Eso en comunidades uniprovinciales tal vez se haya notado menos, pero en Andalucía, con ocho provincias y una extensión de terreno muy amplia, se ha convertido en un problema. La Junta de Andalucía recuerda que, para solventar este contratiempo, ha firmado sucesivos convenios con Renfe que han supuesto en los últimos siete años una inversión de 180 millones de euros.

Y eso se aprecia por ejemplo en el R-598, que tras dejar atrás las localidades sevillanas de Dos Hermanas, Marchena y Osuna enfila ya la vega de Antequera. La pantallita marca 138 kilómetros/hora, que es a la velocidad a la que circula en ese momento.

Es la segunda vez que una pareja de japoneses deambula por el pasillo con cara de despiste. El convoy lo forman tres unidades. Pueden cansarse de dar paseos: No encontrarán el bar. Y es que el billete y la reserva que le vendieron en la estación tienen infinidad de datos: Clase, fecha, hora de salida, tipo de tren, coche, número de plaza... Pero no hay dibujitos que expliquen qué servicios tendrán sus ocupantes una vez que empiece la travesía.

Variopinto

El perfil de los moradores de este tren regional es muy variopinto. Lógico que, siendo viernes, esté repleto de estudiantes que regresan a casa para el fin de semana, de jóvenes -y menos bisoños- con mochilas y mapas, en esta ocasión de Granada. Pero también se puede ver a los denominados (de forma sexista) 'hombres de negocios'. Teclean con fuerza sus ordenadores. Pronto se quedarán sin batería. No hay enchufes a la vista.

«Mamá, me oyes./ ¿Pero si estoy gritando!/ Es que se me va la cobertura./¿Has ido por la niña?/¿Que si has recogido a la niña?/Mamá, ¿me oyes?/¿Nada!». Dejar al resto de la concurrencia con la incógnita de si mamá ha rescatado o no a la nena del colegio es un gesto de insolidaridad que, sin embargo, alivia los tímpanos del ocupante del asiento de enfrente. Y es que ese mínimo porcentaje de falta de cobertura que asumen las compañías de telefonía móvil debe estar concentrado en este trayecto. ¿O es que el porcentaje no es tan mínimo? ¿Olivos con antenas repetidoras?

La Consejería de Obras Públicas se muestra optimista ante lo que califica como un cambio radical de objetivos del Gobierno central con respecto al transporte de ferrocarril en Andalucía. La propia consejera del ramo, Concepción Gutiérrez, indicó en una reciente comparecencia en el Parlamento, que existe desde 2004 un reconocimiento expreso de ambas administraciones ante la importancia de estas conexiones andaluzas. Este hecho, a su juicio, supone superar las discrepancias con el anterior Ejecutivo. De hecho, el Gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero ha incluido en su planificación un eje transversal que comienza en Faro (Portugal) y que transcurre por Huelva, Sevilla, Granada y Almería hasta llegar a Levante.

Precisamente, los raíles que atraviesa este tren que llega a las inmediaciones de La Alhambra, dos horas y cincuenta y cinco minutos después de que abandonara la ciudad de la Giralda. Viajeros que bajan, otros que suben. El tren va casi lleno.

Nadie ha dado la señal, al menos no ha sido comprensible para los novatos en estas lides, pero alguien ha tocado zafarrancho. Comienza la liturgia: Bajar las bolsas de plástico de los maleteros laterales. Rebuscar. Liberar de sus envoltorios de estraza o 'papel de albal' a todo bocadillo incluido en el equipaje. Concierto de tapones de latas saltando. Abrelatas, cuchillos, navajas, bolsas de patatas fritas, pipas, chicles, caramelos...

Trenes de 'Cuéntame'

Vamos, que recuerda a uno de esos trenes que salen en la conocida serie de televisión 'Cuéntame como pasó', pero en color, mucho más confortables y con más glamour: Nada de gallinas ni de botas de vino.

«Esto siempre es así, después de pasar Granada, todo el mundo se pone a comer», explica Mateo ante la cara de asombro de su acompañante de turno. Otro colega de travesía, animado ante la posibilidad de conversar con desconocidos, abunda: «En la línea entre Cádiz, Jerez y Sevilla sí hay un señor que va con un carrito y vende bocadillos y hasta mostachones de Utrera, pero aquí nada».

Mateo, que sonríe ante el comentario, es un profesor de teatro malagueño que imparte clases en una universidad de Sevilla y que se ha casado con una actriz almeriense. Esto lo convierte en un experto en todo lo que se refiere a los trenes regionales de Renfe. «Hay que echarle mucha paciencia, porque en tren se tardan casi dos horas y media más que en coche. Yo aprovecho el tiempo para corregir exámenes», añade.

Almería. Fin de trayecto. Al revisar las posibilidades de regreso, se descubre que dos de las cuatro frecuencias de esta línea paran en siete estaciones menos. Eso sí, apenas se ahorra unos cuantos minutos.