ESPAÑA

Trasladan a la joven anoréxica de Barcelona a un psiquiátrico después de que se autolesionara en el hospital

Rocío, ingresada en contra de su voluntad, y su compañera de habitación aparecieron con varios cortes en los brazos

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La juez que tutela el tratamiento de Rocío S., la joven anoréxica a quien la Audiencia de Barcelona ordenó ingresar en un centro sanitario en contra de su voluntad, ha autorizado su traslado al psiquiátrico de Torribera, de Santa Coloma (Barcelona), después de que la joven se autolesionara en el hospital.

Según informó la familia de la joven, la muchacha, que mide 1,70 metros y pesaba 43 kilos, fue trasladada la pasada semana al centro psiquiátrico de Santa Coloma de Gramenet desde la Unidad de Trastornos Alimentarios del Hospital de Can Ruti, después de que los médicos aconsejaran el traslado tras hallar a la joven y a su compañera de habitación, que también padece anorexia, con varios cortes en los brazos. Las dos mujeres abandonaron sin permiso la planta, según ellas, para fumar.

Rocío S., que tiene 20 años y además de la anorexia padece un trastorno límite de la personalidad, permanece en el psiquiátrico en una habitación individual y con una custodia más severa que en el hospital, donde un portavoz ha señalado que la chica superó durante los doce días que permaneció en la Unidad de Trastornos Alimentarios «la fase más crítica» y que su enfermedad es psiquiátrica, por lo que «el tratamiento deberá ser largo» y tratado por psicólogos y psiquiatras.

María Ángeles, una de las hermanas de Rocío que instaron la vía judicial para ingresarla porque ella se negaba a ser tratada, explicó que la enferma «no ha engordado, yo la veo más delgada aún, porque se niega a cenar». «Ella dice que se le cierra el estómago porque la sientan a cenar con muchos ancianos y que por eso no cena», dijo su hermana, que acude casi a diario a visitarla.

Tratamiento de por vida

En cualquier caso, los médicos han informado ya a la familia de que el trastorno límite de la personalidad, que no saben si tiene su origen en la misma anorexia, necesitará de tratamiento de por vida, así como «de un tiempo para estabilizarse».

Aunque desde que la Justicia accedió a ingresar a la muchacha, la familia vive más aliviada, María Ángeles está preocupada porque la paciente «convive con personas que están muy mal». «El otro día nos contó que un chico se le metió en la cama», comentó su hermana.