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Lourdes Flores persigue ser la primera presidenta de Perú

Propone un plan de gobierno conservador y liberal contrapuesto a lo que ofrecen sus rivales

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La veterana política Lourdes Flores Nano persigue, tras varios intentos, convertirse en la primera presidenta de Perú amparada en la alianza conservadora Unidad Nacional.

Nacida en Lima el 7 de octubre de 1959, Flores Nano propone un plan de gobierno conservador y liberal contrapuesto a lo que ofrecen sus rivales, el ex militar nacionalista Ollanta Humala y el ex presidente socialdemócrata Alan García, quienes hacen más hincapié en propuestas populistas y dirigidas al bienestar.

En plena pugna por la Presidencia y tras meses como favorita en los sondeos de intención de voto, perdió esta posición hace sólo tres semanas, cuando Humala la desplazó a un segundo puesto.

Abogada y presidenta del Partido Popular Cristiano (PPC), la formación con más peso de las que forman Unidad Nacional, entró en la escena política hace más de 25 años cuando dirigía a las juventudes democristianas.

Acusada de ser la candidata de los ricos

"Soy socialcristiana y una humanista convencida", responde Flores a sus adversarios, quienes la tildan de "candidata de los ricos". Pero ella alega que, aunque apuesta por la economía de mercado, también lucha por la equidad y para acabar con la pobreza en Perú.

Con una sonrisa imborrable, Lourdes Flores ha contado durante la campaña con el apoyo casi unánime de los medios de comunicación, del empresariado, de la iglesia católica y de un buen número de intelectuales, como el consagrado Mario Vargas Llosa y su hijo Alvaro, también escritor.

Sin embargo, su estructurado plan de gobierno no cuaja entre una buena parte de la población peruana, en su mayoría inmersa en la pobreza, que rehuye de los políticos tradicionales.

En Lima, donde los beneficios del desarrollo son más latentes, la candidata derechista cuenta con la mayoría de los apoyos, mientras que sus contrincantes encuentran sus feudos en las provincias, más empobrecidas.

De hecho, durante algunos de sus viajes de campaña ha sido abucheada e increpada hasta el extremo de suspender uno de sus mítines en Ayacucho debido a la hostilidad de sus pobladores.

Respaldo es de la clase empresarial y de los inversores

De quienes sí tiene todo el respaldo es de la clase empresarial y de los inversores, temerosos de que los otros candidatos, de ganar las elecciones, revisen sus contratos firmados en el pasado.

También están con ella muchas mujeres que ven en "Lulu", como le llaman sus familiares y allegados, a una defensora de sus derechos y el posible fin del maltrato tan extendido en la nación andina.

Soltera e hija única, proveniente de una familia acomodada, estudió en la Pontificia Universidad Católica de Lima, hizo una maestría en Derecho Mercantil en el Instituto de Empresa de Madrid y se doctoró en la Universidad Complutense, también en la capital de España.

El Foro Económico Mundial de Davos (Suiza) la catalogó en 1992 como una de las 200 líderes jóvenes del mundo y en 1999 la revista estadounidense "Times" la ubicó en la lista de los 100 dirigentes iberoamericanos del presente milenio.

Es miembro del Consejo Directivo del Diálogo Interamericano, segunda vicepresidenta de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA) y vicepresidenta de la Internacional Demócrata Cristiana de América.

Docente, "amiga de sus amigos", discreta en la vida privada, católica practicante y amante de la buena mesa, Flores cree que su condición de mujer es un "elemento de cambio" para el futuro de Perú.

Su primer intento de alcanzar la Presidencia fue en 1995, pero retiró la candidatura y en 2001 volvió presentarse, aunque no llegó a la segunda vuelta, que la disputaron el actual jefe de Estado, Alejandro Toledo, y el ex mandatario Alan García (1985-90). Ahora, a sus 46 años, está convencida de que ha llegado el momento de habitar la Casa de Pizarro, aunque lo consiga en una segunda vuelta.