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Prodi, el europeísta convencido que aspira a un nuevo mandato

Nacido en 1939 y licenciado en jurisprudencia, Il Professore aspira a repetir como primer ministro, cargo que ya ocupó entre 1996 y 1998

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Europeísta convencido y dispuesto a reforzar el papel de Italia en la UE y regenerar su maltrecha economía, Romano Prodi, de 66 años, ex presidente de la Comisión Europea, es el líder de la coalición de centro izquierda La Unión con la que aspira volver al Gobierno, que ya presidió entre 1996 y 1998.

Procedente de la vieja Democracia Cristiana, Il Professore, el Profesor, como es conocido, disputa de nuevo, diez años después, la presidencia del Ejecutivo al líder del centro derecha y "rey de la televisión privada", Silvio Berlusconi, al que ya derrotó en las elecciones de 1996.

En aquella ocasión, Prodi lideró el Olivo, coalición con la que llevó a los ex comunistas al Gobierno, la primera vez en la historia de Italia que los herederos del Partido Comunista (PCI) se sentaban en el Palacio Chigi, la sede romana del Ejecutivo.

Pero lo que no logró Berlusconi lo hicieron sus aliados y así, dos años más tarde, en 1998 el incómodo aliado Partido de la Refundación Comunista, de la línea más ortodoxa, le retiró la confianza en desacuerdo con la ley de presupuestos. Prodi cayó en el Parlamento por un sólo voto de diferencia y se vio obligado a dimitir. Le sucedió Massimo D'Alema, líder de los Democráticos de Izquierdas, herederos del PCI. Por primera vez un ex comunista se convertía en primer ministro.

Desembarco en la Comisión Europea

Poco después marchó a Bruselas para presidir la Comisión Europea, hasta el año 2004, en que una vez concluido el mandato regresó a Italia. Su regreso fue a lo grande, como líder de los progresistas. En octubre de 2005 cuatro millones de italianos le eligieron en elecciones primarias candidato de La Unión al Palacio Chigi.

En este tiempo no ha cesado de atacar a Berlusconi, al que acusa de anti europeísta, de despreciar a los italianos por sus constantes insultos y de alejar a Italia de Europa. También ha defendido a capa y espada al euro y ha rechazado las acusaciones de Berlusconi de que la moneda europea es la causante de todos los males de la economía italiana, que está estancada con un crecimiento cero.

Il Professore, o Il Mortadella, por haber nacido en la tierra de la mortadela, vino al mundo el 9 de agosto de 1939 en Scandiano, en la región norteña de voto tradicionalmente de izquierdas de Emilia-Romaña. Licenciado en jurisprudencia por la Universidad Católica de Milán, catedrático de Economía en la Universidad de Bolonia y doctor en economía en la London School of Economics, fue uno de los fundadores, en 1981, de "Nomisma", el prestigioso instituto de investigación.

En dos ocasiones presidió el Instituto para la Reconstrucción Industrial (IRI), el primer consorcio de empresas públicas de Italia. En aquellos años más que un político estaba considerado un hombre de cultura, lo que no le impidió que a finales de 1995 se lanzara al ruedo político para desafiar por primera vez al dueño del mayor imperio mediático italiano y hombre más rico de Italia.

Y ganó el desafío al vehemente Berlusconi. Era el 21 de abril de 1996 y un mes más tarde el democristiano presidía el primer gobierno que llevaba a los ex comunistas al poder. Su programa se basó en una reforma del Estado, descentralizadora, la lucha contra el paro y el cumplimiento de los parámetros de Maastricht para conseguir que Italia formara parte del grupo de cabeza de la moneda única.

Gobierno de 876 días

El Olivo no logró mayoría absoluta en el Parlamento, pero Refundación Comunista le aseguraba los votos que le faltaban, hasta que en octubre de 1998 después de numerosas crisis salvadas en el último minuto, los comunistas ortodoxos le retiraron la confianza y le obligaron a dimitir. Su gobierno duró 876 días.

Ahora vuelve de nuevo aliado con Refundación Comunista, pero con un programa "firmado", como le gusta precisar, dispuesto a echar a Berlusconi a la oposición. Prodi acusa al Cavaliere de ser un vendedor de humos y llega decidido a acabar con la evasión fiscal, que alcanza los 200.000 millones de euros, y a regenerar económica y moralmente al país.

También ha anunciado una reforma de la justicia, para hacerla más ágil y reducir el exorbitante número de procesos pendientes, nueve millones entre civiles y penales, y un retiro "rápido", pero acordado con Bagdad, de las tropas italianas presentes en Irak.