estrenos cine | Robin Wright
24.06.10 - 00:16 -
Después de estar casi desaparecida en los 90, cuando tuvo dos hijos con Sean Penn (Dylan y Jack), vuelve con la 'La vida privada de Pippa Lee'. La actriz se convierte en una mujer que pierde su identidad dentro de un matrimonio poco convencional. Escrita y dirigida por Rebecca Miller, la hija de Arthur Miller, la cinta muestra el que puede ser el mejor trabajo de Robin Wright, a quien acompaña en la película Keanu Reeves, Alan Arkin o Winona Ryder.
-¿Qué le atrajo del personaje y de la historia de esta película?
-Creo que el simple hecho de ser mujer. Todo el mundo tiene un momento destructivo en su vida, en su pasado. Al ver la película muchas mujeres se identificaran con esta historia porque han vivido esas experiencias. Interpretar a Pippa Lee fue un despertar a la reflexión. A mí me hizo darme cuenta de muchas cosas.
-Su personaje muestra varias facetas. Como actriz, ¿hubo algún aspecto en particular de Pippa que fue más interesante de interpretar?
-La posibilidad de ejecutar el personaje sin utilizar el dialogo o exponerte emocionalmente me llamó mucho la atención en este guión. La historia se compone de muchos temas que aparecen de forma inesperada y sólo al final, cuando la trama se presenta completa, es posible entender el camino. La mayor recompensa para cualquier artista es la satisfacción del espectador y creo que Rebecca lo consigue con este trabajo que deja al público preguntándose porque Pippa hace lo que hace.
-Hablando con Rebeca nos explicó que usted y Blake Lively trataron de mostrar similares expresiones faciales.
-Sí. Es cierto. Las dos representamos el mismo personaje. Ella cuando Pippa es joven y yo en su madurez. Fue idea de Blake y me pareció estupendo. Debo reconocer que Blake me sorprendió porque es altísima, bella, voluptuosa, no se parece en nada a mí. Necesitábamos encontrar un punto donde las dos nos pareciéramos para que el público creyera que somos la misma persona a diferentes edades. Al final todo se reduce a la esencia del personaje. Yo quería interpretar a Pippa porque me conmovió su inocencia e ingenuidad. Es una mujer que, a pesar de haberlo hecho todo es distinta a cualquiera porque mantiene su frescura.
-¿Qué le pareció Alan Arkin?
-Es un actor que contagia calma. Uno se siente seguro a su alrededor. Se prepara muy bien el papel que le toca interpretar y tiene una capacidad de comunicar sorprendente. Entre nosotros existió una química casi instantánea porque a Alan le sobra confianza como intérprete. A mí me preocupaba la diferencia de edad pero descubrí que con Alan eso no es un problema.
-Háblenos de la directora y escritora de la historia, Rebecca Miller.
-Rebecca y yo somos muy buenas amigas. Un año antes de empezar a rodar ya sabíamos cómo queríamos contar la historia de Pippa. Durante la realización del filme Rebecca nos proporcionó estabilidad a todos los actores. Siempre es difícil rodar escenas íntimas con alguien que no conoces y ella nos ayudó a conocernos, a sentirnos cómodos dentro de la piel de cada personaje.
-Usted lleva trabajando 25 años en Hollywood pero nunca ha tratado de convertirse en protagonista de los medios a pesar de estar casada con Sean Penn.
-A mí me fascina mi trabajo pero también me gusta mantener mi vida privada lejos de miradas ajenas. Sinceramente lo peor de la fama y su evolución en la carrera de cualquier actor es que puede convertir una pasión en algo manufacturado.
-¿Cómo describiría su carrera?
-He elegido estar en casa con mis hijos pero además como actriz siempre he sido metódica. Voy paso a paso. Elijo con precisión milimétrica cada proyecto que realizo. Para mí es muy importante identificarme con el personaje, con la historia. El cine es un medio visual y si no puedes contar la historia bien al público es mejor no hacerla. El cine no es un juego sino una experiencia que se vive en comunidad.
-Sus hijos son ya adolescentes, ¿piensa trabajar con más intensidad?
-Sí. Ahora espero trabajar más pero también tienen que llegar más guiones a mi mesa.
