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El precedente murciano que acabó en humo a primeros de año

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Los inversores chinos situaron su punto de mira en 2010 en Lorca, a unos 80 kilómetros de Murcia. Su incursión en España se hizo entonces a través de la sociedad Time Services Global Business, que tenía como consejero delegado a Salvador Alcázar. Miembros del gobierno chino, concretamente el vicepresidente de la Conferencia Política Consultiva Popular de Nanjing, capital de la provincia de donde proceden los inversores que ahora se han fijado en Cádiz, llegaron incluso a comparecer en Lorca en abril de 2011 para explicar sus compromisos de inversión. En esa puesta en escena, los promotores del complejo logístico-empresarial que se iba a abrir en Lorca destacaron que entre el 80 y el 90% de la financiación ya estaba autorizada y procedía de China. Así la denominada Zona Especial de Inversiones Chinas (ZEIC) sería construida entre 2011 y 2016 en la finca El Churtal sobre una superficie de más de tres millones de metros cuadrados en la pedanía lorquina de La Tova.

El complejo tenía previsto incluir ocho zonas temáticas. Según la información publicada en esas fechas por los medios de comunicación locales, una de ellas estaría centrada en la divulgación de la cultura china, mientras que la zona empresarial ocuparía unos 187.000 metros cuadrados para que las empresas chinas inversoras tuvieran su sede y centros de negocio. El proyecto se complementaba con un área comercial y otra zona formativa para profesionales, en la que tendrán cabida escuelas de negocios, escuelas universitarias y en la que se impartirán cursos de posgrado sobre diversas materias relacionadas con el mundo empresarial oriental. Por último y, quizás, el asunto más espinoso, la inversión incluía además un área residencial para 1.800 viviendas bioclimáticas de inspiración oriental, con hoteles sala de espectáculos y un casino. El área residencial estaba previsto que ocupara 696.000 metros cuadrados. El proyecto incluía además la apertura de un hotel de cinco estrellas con capacidad para 500 huéspedes y un campo de golf. Los empresarios tenían previsto invertir en este complejo logístico y residencial unos 1.000 millones de euros aunque, en ningún momento, desvelaron el número de empleos directos que podrían crear. Esta es una de las solicitudes que ha hecho la dirección de Zona Franca de Cádiz a los empresarios chinos, es decir, que detallen la mano de obra que generará su inversión en la provincia.

El pasado julio, el alcalde de la localidad, Francisco Jódar, del PP, reconoció de nuevo que el proyecto quedaba aparcado ante «la desconfianza de los inversores chinos hacia la economía española». Cádiz, sin embargo, sí les ofrece garantías para invertir.