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El abogado de Teófila

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Yo no sé quién es, ni qué le habrá aconsejado, ni si existe, el abogado al que, si la alcaldesa de Cádiz es inteligente como creo y sé que es, habrá consultado y le habrá preguntado oye, qué te parece esta indignante estrategia de Rubalcaba a través de ‘El País’, que le han levantado la exclusiva al embargado Pedro Jota, parecía iba a ser él quien publicara la lista del ¿cabrón? pero no, van los de PRISA y me sacan en portada, no a mí sino a Rajoy, y yo en página par, pero en Cádiz, con un par, me publican que si gané 30.000, y no dicen si son euros o pesetas, el 29 de abril de 2003, y justo después de decir yo en rueda de prensa que era todo una despiadada estrategia ¿de la oposición socialista? para desacreditar a Rajoy y a mí y a toda la clase política, que nos han hecho un daño que no te puedes ni imaginar, una que lleva tres tristes lustros dando la cara por la ciudad, levantándose cada mañana llueva o truene –que llueve poco pero cuando llueve, llueve– para defender el segundo puente y enseñarle un par de truquitos a Irene y los demás, y voy y me encuentro con que un apunte en una libretita pone ‘Teófila Martínez’, que a saber cuantas Teófilas hay en España y en el PP, y ahora tengo que defenderme atacando en vez de disfrutar de las semifinales del Falla, la gente me ve en el palco y se me queda mirando con ojos de duda; si habré cobrado o no habré cobrado, y Fran González, recién quitadas sus gafapasta, diciendo que amordazo a la oposición si pongo querellas, (¿no tengo derecho a defenderme, ponga mis declaraciones como diputada nacional en internet o no?) que si no asumo la veracidad de lo incierto y dimito a la velocidad del rayo soy perjudicial para Cádiz y todo lo dichoso, claro, yo, no ellos con los mil millones de euros de los ERE y Griñán que mira para otro lado y dice que no pinta ná, –eso lo sé yo, que no pinta ná, digo, no que no tenga que ver– pero ahora soy yo la perjudicial y no me dejan ni querellarme, porque mi pueblo, el que siempre me ha votado aun siendo de izquierdas (el pueblo, no yo), me mira y me sigue mirando con desconfianza y la desconfianza roba votos, y para robar no estamos hoy, ni mucho menos, así que dime, abogado, que para eso te pago yo y no el partido, qué debo hacer, porque me duele esta situación injusta y acaban de dañar veinte años de imagen pública de honradez justo ahora que mi hijo vuelve de Brasil de buscarse la vida y va a ver a su anciana madre igual de bien que siempre pero mal, mal, de lo que ha tenido que aguantar justo ahora que acabó el bicentenario, y tú no has empezado ni a redactar el escrito de querella contra el que sea, que no sé ni contra cuántos será, pero tengo claro que sí, que voy a querellarme, quiera Fran o no, porque la presunción de inocencia, letrado, no vale a la oposición y como ya decía en su día el Montiel ése de La Voz: ‘in dubio, aporreo’, y tanta razón que tenía.