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Los recortes marcan los primeros cien días del Gobierno de coalición

El bipartito formado por PSOE e IU ha tenido que aplicar ya el mayor ajuste en la historia de la autonomía andaluza

SEVILLA Actualizado: Guardar
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Los recortes, sean los de Rajoy o los de Griñán, han marcado los cien primeros días del Gobierno de coalición entre socialistas e Izquierda Unida en Andalucía. No ha habido periodo de gracia. Desde el primer día, el lunes 7 de mayo, el gabinete de Griñán tuvo que ponerse a trabajar para aplicar la tijera en los Presupuestos de la Comunidad para el año en curso. A finales de mayo ya había sobre el Consejo de Gobierno un plan de reequilibrio económico y financiero con 2.500 millones de ajuste, al que luego se añadieron otros 200 millones. El mayor recorte en la historia autonómica. Así se estrenó una coalición sobre la que pesa además la mirada del resto del país por erigirse de contrapeso político e ideológico a la ola conservadora que gobierna también en la mayoría de las comunidades autónomas.

Los esfuerzos del Gobierno andaluz por caminar por una senda diferente a la de los ajustes en sanidad y educación han chocado con la realidad tozuda de la falta de dinero por la crisis financiera. Andalucía no coloca deuda en los mercados. Pero sobre todo ha chocado con los decretos del Gobierno central, empeñado en cortar por lo sano (funcionarios, colegios y medicamentos) para saciar de la forma más rápida posible a los voraces mercados europeos que tienen a España contra las cuerdas. Las relaciones con el Gobierno central ha sido otro capítulo clave estos cien días. La confrontación al más viejo estilo de la época de Aznar ha resucitado para alumbrar titulares y dar trabajo a los juristas. Cuatro recursos ante el Tribunal Constitucional se han cruzado ya las administraciones central y autonómica, camino de convertirse en un quinto si no prospera el diálogo sobre el tope a la deuda para 2013.

Un plan de choque por el empleo de 200 millones de euros para obras en colegios y limpieza de montes es apenas la única gestión en positivo. Además de los recortes, casi toda la atención se la ha llevado el plano político de los partidos. La marcha de Javier Arenas en el PP andaluz y su sustitución por Juan Ignacio Zoido ha favorecido que el Gobierno no haya tenido una oposición pisándole los talones hasta ahora. Y ha habido cosas que criticar, como que se haya tardado dos meses y medio en nombrar la estructura periférica hasta que el PSOE no resolviera sus cuitas internas en los congresos regional y provinciales.

El ajuste andaluz

Si alguien ha tenido un papel difícil en estos cien días ha sido Carmen Martínez Aguayo. Para la consejera de Hacienda y Administraciones Públicas, más que periodo de gracia, ha sido de desgracia. No es plato de buen gusto rebañar a las partidas presupuestarias de sus compañeros de gabinete 2.700 millones de euros. La inversiones en obras públicas se paralizan o ralentizan. La peor parte se la quedó la propia consejera, al ajustar 747 millones al gasto de personal. De nuevo el choque con los funcionarios, al que rebajaba sus salarios de un 5% a un 10% por la vía de los complementos de las pagas extra y otros conceptos. Un ajuste a las pagas extra finalmente revocado, ya que el Gobierno de Rajoy copió luego la idea y dejó sin paga extra de Navidad a todos los funcionarios de España. Lo más destacado es el empeño de Griñán y Aguayo de no despedir a los laborales de las empresas públicas y de la Administración central. En lugar de ello, ha rebajado un 10% la jornada laboral (iba a ser un 15%, pero IU terció para que fuera menos) de los interinos, lo que aminora el sueldo en la misma proporción. Aguayo ha vuelto a colocarse a los funcionarios en contra, esta vez sin UGT y CC OO a su lado. Los intentos del PSOE e IU por convencer de que la Junta se ve obligada a hacer recortes por las decisiones del Gobierno central no han convencido del todo.

Aguayo versus Montoro

La confrontación entre Aguayo y Montoro será ya un clásico para la historia de este periodo convulsionado por la crisis. Las formas del ministro de Hacienda para hacer meter en cintura a las comunidades no han sido bien acogidas en Andalucía. Desde la Junta no se entiende que habiendo otras comunidades en peor situación de deuda y de solvencia que Andalucía (Comunidad Valenciana o Cataluña) el ministro y su equipo hayan estado sembrando dudas sobre las cuentas andaluzas. Para la Junta, Montoro mira con lupa a Andalucía mientras hace la vista gorda con otras comunidades donde gobierna el PP. El ministro y la consejera han tenido dos duros enfrentamientos en los últimos consejos de Política Fiscal y Financiera a cuenta del ajuste financiero, a punto de no ser aprobado por el Gobierno, y del tope de deuda para 2013. Pero además de esta más personalizada, Gobierno y Junta tienen otros frentes abiertos. El Gobierno de Rajoy ha recurrido dos veces la subasta de fármacos al Constitucional, que la ha parado también dos veces.

También ha acudido al Constitucional contra la convocatoria de plazas de profesores en Secundaria y contra la reforma electoral que deja fuera a los alcaldes del Parlamento andaluz. La confrontación tuvo una tregua con la entrevista entre Rajoy y Griñán en La Moncloa el lunes 30 de julio. Pero duró poco. Está por ver si la lealtad institucional a la que se comprometieron para que Andalucía cumpla con el déficit establecido tiene futuro.