opinión

ETA y el cambio del PP

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La inmensa mayoría de los partidos políticos españoles acaban de suscribir un texto en el que se certifica la derrota de ETA, se establece que quienes han ganado a los terroristas han sido los ciudadanos movilizados, la Policía y los políticos democráticos, se reivindica a las víctimas del terrorismo y se propone organizar la convivencia social.

Este importante acuerdo construye una nueva posición unitaria, señala las vías para la liquidación definitiva del terrorismo y significa un cambio radical en la estrategia sostenida por el Partido Popular cuando estaba en la oposición.

Antes de llegar al Gobierno, el PP reclamaba la ilegalización de Amaiur, decía que ETA estaba más fuerte que nunca, acusaba al Gobierno de Zapatero de haber traicionado a las víctimas y promovía contra éste reiteradas manifestaciones. Durante sus años de oposición, el PP ha sostenido que solo cabía la derrota policial de la banda terrorista y que no se debía negociar con ETA porque eso significaba reconocer su carácter político y aceptar su jerigonza del «conflicto». Rajoy le dijo a Zapatero en el Congreso que «había traicionado a los muertos», al acusarle de negociar con la banda, y le advirtió de que si ETA no le ponía bombas era porque «había cedido».

El cambio del PP se subraya aún más cuando el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, dice que ETA «tiene una dimensión política que no podemos obviar» y habla de «generosidad» con los presos de ETA encarcelados, «inteligencia», «altura de miras», «prudencia», etcétera, respecto del terrorismo.

En el texto suscrito por PP, PSOE, IU, PNV y CIU se habla de la victoria de la democracia sobre la organización terrorista y se establece un relato de las causas y actores que han llevado a la derrota de ETA.

Los partidos democráticos que suscriben tan trascendental acuerdo hablan de organizar la convivencia social, circunloquio que anuncia que más pronto que tarde veremos excarcelaciones de etarras, acercamiento de presos a Euskadi y otras inteligentes y generosas medidas que hubieran sido consideradas como alta traición a las víctimas del terrorismo de haberse producido en la anterior legislatura.

El PP no quiere ahora ilegalizar Amaiur, brazo político de los terroristas según su doctrina de los últimos ocho años, y no hará nada para que Bildu (o como decidan llamarse) no se pueda presentar a las próximas elecciones autonómicas vascas.

Es una muy buena noticia que la inmensa mayoría de los partidos españoles se pongan de acuerdo en el relato del fin del terrorismo y en el camino a seguir de forma unitaria, máxime cuando esto no había ocurrido en los últimos ocho años.