política municipal | tras el 22-m

Sorpresa bajo las alfombras

Los nuevos gobiernos locales de la provincia, asombrados por la dimensión de la deuda que esconden las cuentas oficiales

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La mejor forma de saber lo que esconden las alfombras municipales es votar un cambio de gobierno. Nada más llegar a sus sillones de mando, los alcaldes gaditanos han encargado estudios y auditorías para saber hasta qué punto llegaba el despilfarro, el descontrol y, sobre todo, conocer hasta dónde ha llegado esa práctica tan mediocre de esconder la porquería donde no se vea. Especialmente los ayuntamientos que han cambiado de signo político están desgranando un rosario de incumplimientos que se traducen, fundamentalmente, en deudas. El caso más conocido y contado es el de Jerez, que llama la atención por el montante de la deuda: 958 millones. La ruina es tan grande que ya no se podía esconder bajo ninguna alfombra, pero en otros como Puerto Real, Los Barrios o Chiclana, los nuevos equipos de gobierno se están encontrando una trampa cada vez que levantan una moqueta.

Puerto Real Una deuda de 52 millones y más

Si alguien se llevara un premio a la hora de encajar sorpresas al llegar al poder sería la alcaldesa de Puerto Real, la andalucista Maribel Peinado. Esta edil sabía que encontraría mucho escondido pero las cifras, según explicó, son realmente alarmantes. Con lo que sabe «hasta ahora, y sin descartar más sorpresas, que las espero», ya son 52 millones de euros los que debe el Ayuntamiento puertorrealeño. La deuda más grave no se ha hecho aún pública, hasta este momento, y es la que el Consistorio ha contraído con la Seguridad Social. Puerto Real debe por este concepto 21 millones de euros. Y esto son ya palabras mayores porque por este motivo la ciudad tiene retenida toda la aportación que hace el Estado a las arcas municipales. A pesar de todo, Peinado quiso transmitir un mensaje de tranquilidad a los vecinos y explicó que ya ha mantenido una reunión urgente con el Ministerio de Bienestar Social y el de Hacienda para refinanciar la deuda. «Creo que estamos a tiempo de resolver esto», sentenció. Pero aquí no acaba la suma. Para el soterramiento se deben siete millones. Otra sorpresa, ya que el anterior gobierno había desviado los fondos para refinanciar créditos, «aunque había informes técnicos que lo desaconsejaban», sentenció Peinado. Y aunque se conocía ya la trampa adquirida con la empresa de recogida de basuras Urbaser , no se esperaba que el desfase fuese de 23 millones. El delegado de Hacienda, Jesús Plaza, se encontró con las deudas contraídas con Thaler (limpieza y el mantenimiento de parques y jardines), Comes (transportes) y Clece (empresa de multiservicios del grupo ACS que ofrece, entre otros, servicios sociales, de limpieza, mantenimiento). Tan solo sumando las deudas contraídas con esas tres empresas, el montante suma otros dos millones. La lista de pequeños proveedores es eterna, como en muchos municipios y como el caso de la firma Arbolsur, de poda de palmeras, a la que se le adeudan unos 8.000 euros. Para solucionar lo más urgente, los andalucistas encontraron en la caja solo 79.000 euros.

Chiclana Lo peor está por saberse

Las sorpresas que se esperaba el nuevo alcalde de Chiclana (PP), Ernesto Marín, estaban relacionadas con el Urbanismo de la localidad. Pero hasta en esto se han superado las previsiones, que ya eran bastante malas con un plan urbanístico recurrido en los tribunales. Marín explicó que lo peor está por conocerse. El popular se resiste a encargar auditorías externas porque «son un gasto más» y ha preferido conseguir el compromiso de los técnicos municipales de hacer informes imparciales. El alcalde de Chiclana no quiso dar cifras aún pero sí adelantó que la deuda será mucho mayor de lo que se esperaba. «Sabíamos que había una deuda de 34 millones con las peñas, asociaciones, Protección Civil, entre otras entidades. Pero lo que no esperábamos era un endeudamiento bestial en los organismos autónomos locales», apuntó Marín. Y sacó a la palestra una de las formas más habituales de trampear las cuentas, a través de las entidades públicas locales. Afortunadamente, en esta localidad no se han encontrado deudas con la Seguridad Social, que indica ya un estado crítico de la situación, pero Marín explicó que apenas se pueden pagar las nóminas municipales, «aunque por ahora están garantizadas». El alcalde apuntó que no se piensa conformar con los análisis en curso, «sino que haremos un plan de ahorro. Se ha gastado tanto y tan mal que es fácil ahorrar». Como primera medida apuntó la solicitud de créditos ICO para que puedan cobrar las pequeñas y medianas empresas. «Aún no entiendo cómo Román (anterior alcalde socialista) podía decir que debaja un superávit y se callaba la información sobre los organismos autónomos», sentenció Marín.

Los Barrios 112 millones sin justificar

El nuevo alcalde de Los Barrios (PA), Jorge Romero, también esperaba sorpresas. Sabía que asumía la gestión de un ayuntamiento en ruinas porque cuando juró su cargo ya se debían dos nóminas a la plantilla municipal. Pero siempre se puede empeorar, y conforme avanzan las investigaciones y auditorías, «nos damos cuenta de que no conocíamos la profundidad del problema». Para comenzar, Romero ha sabido esta semana que el consistorio barreño debe 40 millones a la Seguridad Social. Por supuesto, también tiene retenido el 100% de la aportación del Estado a las arcas municipales por esta deuda. «Somos el pueblo de España que más debe por habitante a las arcas públicas», sentenció Romero. Pero cuando llega el recuento de la deuda de los organismos públicos municipales, el calificativo de Romero es de «situación desastrosa». En las cuatro firmas públicas locales se acumula una deuda de 72 millones de euros. Se vuelve repetir el patrón común de ir dejando la cuenta sin pagar a cargo de los organismos autónomos locales. «El problema es que han dejado hipotecado el futuro de Los Barrios, ya que tendremos que estar pagando estas deudas durante años». El nuevo alcalde quiere realizar una auditoría externa porque necesita consensuar un plan de viabilidad para saldar «este desastre». Pero como todos los que acaban de tomar el bastón de mando se muestra optimista: «Podemos hacerlo. Aún estamos a tiempo, aunque las medidas que tendremos que tomar no serán agradables».

Después de este dibujo de la situación, las delegaciones descoordinadas, las plantillas infladas y otros problemas comunes y de fondo en las administraciones públicas, quedan relegadas a un segundo plano.