vuelta de hoja

Modelo para armar

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Es mucho más fácil desmontar un mecano que volver a construir con él una de esas ingeniosas edificaciones que vienen en el prospecto: siempre sobran piezas. Tampoco nos podemos conformar con no tocarlo por muy bien que nos haya salido el nuevo modelo, ya que verle a todas horas nos aburre. Renovarse o morir, se dice con razón o sin ella, pero a veces ambas cosas son compatibles. Cuando varios hablan a la vez y, no conformes con eso, lo hacen a voz en grito, es difícil entenderse. Las autonomías, que fueron sin duda un buen invento, han dispersado algunas piezas convirtiendo el mecano en un puzle. Debemos sosegarnos para ensamblar a cada una en su sitio. Se lo están pidiendo al presidente Zapatero los grandes empresarios españoles, encabezados por Emilio Botín, que tiene una reconocida buena cabeza económica. El presidente del Banco Santander, aupado sobre sus tirantes rojos, solicita un aplazamiento del debate sucesorio a la presidencia del Gobierno. La verdad es que se están poniendo pesados con las quinielas y crecen los candidatos, aunque no todos puedan vestir una túnica impoluta y hayan tenido que mandar al tinte las suyas.

Se le recomienda a Zapatero que aplace la cuestión sucesoria. «No te vayas todavía», le están cantando algunos que anteriormente le cantaban las cuarenta. Quieren mano firme, pero hay que vigilarle para que no se le vaya la mano. En España hay un millón de absentistas diarios, en cálculos de Juan Rosell. La prima de riesgo y demás parientes es lo que más preocupa a todos. La evolución de la deuda es constante y nunca se está quieta.

Hay que hacerles caso a los expertos en finanzas, aunque solo sea porque han mostrado una enorme clarividencia para las suyas. Basta de repetir eso de que cada país tiene el Gobierno que se merece. Los españoles nunca hemos sido tan malos como nuestros gobernantes y basta tener alguna curiosidad por la Historia para comprobarlo.