narcotráfico

Cae una red que utilizaba buzos para recuperar la droga que colocaban en el mar

La operación se ha saldado con la detención de ocho personas y la incautación de más de 1.150 kilos de estupefaciente de los que 700 fueron recuperados del fondo del mar

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Una operación, realizada por agentes de la Policía Nacional y la Agencia Tributaria, ha permitido desarticular una red de narcotraficantes que utilizaba un método inédito para arrastrar fardos de hachís hasta la costa. El cargamento, procedente de Marruecos, era fondeado y anclado por los proveedores de la droga a unos veinte metros de profundidad en unas coordenadas previamente acordadas. La parte española de la organización marcaba el punto con una boya y un buceador, provisto de un equipo de respiración autónoma, se sumergía y amarraba con un cabo los fardos a una moto acuática para llevarlos hasta las proximidades de la orilla. Hay ocho detenidos y se han incautado 1.158 kilos de hachís, 700 de ellos recuperados del fondo del mar en las proximidades de la playa del Saladillo. Este nuevo procedimiento, desbaratado por la acción de los investigadores, era denominado “el infalible” por los arrestados.

Las pesquisas realizadas por los especialistas en la lucha contra el tráfico de estupefacientes permitieron averiguar el funcionamiento de la organización ahora desarticulada. Adquirían el hachís en Marruecos y, a través de diversos colaboradores, captaban a sus clientes y obtenían los vehículos y la infraestructura necesaria para el transporte de la droga.

“El infalible”

El modus operandi empleado por la organización consistía en el fondeo, buceo y arrastre de la droga hasta la costa, método que los detenidos llamaban “el infalible”. Una vez obtenida la partida de estupefaciente en Marruecos, ésta era transportada a través de una embarcación semirrígida hasta un punto concreto frente a la costa malagueña. En este lugar, predeterminado y concertado por la organización, fondeaban la sustancia estupefaciente a unos veinte metros de profundidad. Los diferentes fardos eran enlazados entre sí mediante cabos y anclados al fondo marino. Posteriormente, la rama española de la organización se desplazaba al lugar de fondeo en una embarcación neumática de pequeñas dimensiones. Con el equipamiento adecuado, un buzo se sumergía para localizar los fardos y marcar mediante una boya el lugar donde se encontraban.

Al día siguiente y a plena luz del día, enviaban al punto de coordenadas balizado con la boya a una pequeña embarcación de un solo motor, así como a una moto acuática, para proceder a arrastrar la droga sumergida hasta pocos metros de la playa. En primer lugar, la moto de agua realizaba una contravigilancia de la zona de playa donde estaba fondeada la droga. Una vez que consideraba que no existía vigilancia policial, se acercaba la embarcación semirrígida de pequeñas dimensiones y se unía a la moto acuática en las coordenadas de fondeo. Seguidamente, un buzo con equipo de respiración autónoma procedía a enganchar la droga a la moto náutica a través de un cabo. Tras esto, la moto de agua arrastraba la droga, la cual no se observaba porque era trasladada sumergida, y la acercaba hasta unos diez metros de la playa. Allí aguardaba el resto de los integrantes de la organización llevando a cabo también funciones de contravigilancia.

Para el paso final y con el estupefaciente a escasos metros de la orilla, los investigados esperaban a que llegaran las primeras horas de la noche para tirar con un todoterreno del cabo con el que iban atados los fardos de droga y sacarlos a la superficie. Finalmente eran cargados en furgonetas y trasladados a los clientes.

Operación fallida

Los investigadores conocieron que la organización investigada había fondeado una cantidad importante de droga en unas coordenadas cercanas a la playa de Benamara de la localidad de Estepona (Málaga) y que había procedido a sacar parte de la misma a su lugar de almacenaje.

Gracias al correspondiente dispositivo de vigilancia y seguimiento se detectó un vehículo monovolumen que abandonaba la zona. Los agentes lo interceptaron en la A-7, salida de Málaga dirección Granada, y detuvieron a su conductor. El automóvil escondía 458 kilogramos de hachís repartidos en doce bolsas de basura.

La organización no se percató de la incautación de la partida de hachís y decidió arrastrar el resto de droga, que tenía fondeada y balizada en la playa de Benamara, hasta la playa del Saladillo, donde esperaban parte de los miembros del grupo. En ese momento se ordenó la detención de los investigados. Posteriormente, mediante los buzos y la tripulación de la patrullera de la Agencia Tributaria, se logró determinar el lugar de fondeo y se recuperaron diez fardos de hachís unidos entre sí, de unos 70 kilogramos cada uno. El “infalible” era falible.

La operación ha sido realizada por agentes del Grupo de Respuesta Especial al Crimen Organizado (GRECO) Costa del Sol y el Grupo XII de la UDYCO Central, de la Comisaría General de Policía Judicial, junto con la Agencia Tributaria.