«Una corvina así sólo se pesca una vez en la vida»

Aviso para los aficionados a la pesca: las corvinas ya no quieren más trocitos de choco como cebo. Se han vuelto más sibaritas y ahora prefieren los bocados de cangrejo. Con esta exquisita dieta, Sebastián Alcedo logró capturar una corvina de 43 kilos de peso el pasado sábado en la zona marítima comprendida entre el puente Carranza y Zona Franca. Estaba solo, en su lancha de apenas cinco metros de eslora y comenzaba a llover.

-¿No tenía miedo de volcar?

-Tuve que dejar el barco a la deriva, porque con tanto peso se iba a partir el aparejo de fondo, donde se enganchó. Al principio pensé que era una raya porque no se despegaba del fondo. Hasta que se ahogó y apareció flotando en la superficie. La lluvia empezaba a caer con fuerza, tuve que incorporarme, apoyar el pie en el filo de la embarcación...

-¿Cuánto tardó en subir la pieza?

-No miré el reloj, pero pudo pasar una hora... El pescado se resbalaba por todos lados y las agallas me rajaron las palmas de las manos. Pero mereció la pena.

-¿Suele ir a pescar muy a menudo?

-Voy muy de vez en cuando, ya que mi profesión es electricista. Desde pequeño practico este deporte como afición, sobre todo voy a la pesca de doradas.

-En caso de que se la hubiera quedado, ¿cómo la cocinaría?

-En tomate (risas). Pero las rodajas podían tener un diámetro de 40 centímetros. Me empacharía de corvina...

-¿Y quién se va a hartar de vender rodajas de esta captura?

-La vendí a un detallista del mercado de abastos. Supongo que la despachará al kilo.

-¿Cuánto le ha costado al pescadero hacerse con el ejemplar?

-Quedaría un poco feo si te dijese lo que he ganado...

-Bueno, de todas formas, supongo que seguirá probando suerte...

-Me lo estoy pensando... (risas) Pero esto pasa una vez en la vida.