Cádiz C.F.

Oxígeno en Málaga

El Cádiz consigue un valioso punto en La Rosaleda que le acerca a la permanencia tras sufrir un acoso en el segundo tiempo

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El Cádiz toma oxígeno en Málaga. Y lo hace sufriendo tras un partido que se fue poniendo cada vez más negro para los pupilos de un Julián Rubio que debutaba como entrenador cadista. Un estreno que se recordará especialmente por la revolución realizada en el once. Había restado importancia en días anteriores al once que sacaría en Málaga. Y menos mal que lo guardó en secreto porque si lo adelanta en tierras gaditanas más de uno se hubiera acercado por Carranza para cometarle que se lo meditara antes de partir hacia Málaga. Curtido en mil batallas, el manchego se la jugó en su puesta de largo y, al tiempo, puede vacilar de ello.

Y eso que había asegurado que su llegada no vendría acompañada de una revolución. Pero sólo se ha tenido que esperar a su primer once para conocer que al nuevo técnico del Cádiz le gusta jugar al despiste. Hasta cinco nombres distintos respecto al último once que alineó Procopio y otros tantos cambios tácticos. De Quintana, César, Bezares, Parri y Casas hacían acto de presencia en el once para darle mayor sentido a la circulación del balón.

La idea deJulián Rubio era cuanto menos elogiable. Tener el dominio del balón y deshechar el pelotazo. La consigna era clara pero costaría tiempo y trabajo poder ponerla en práctica. Y ¿por qué? Porque la del Málaga era más firme. Al menos, con las que salieron aprovechando el empuje de su afición.

No pasaron ni diez minutos paraque el once boquerón comprobara la debilidad de la defensa puesta a prueba por Rubio. La primera salióde las botas de Jesús Gámez, que cogió la espalda de Dani, centró al corazón del área donde encontró a Iván Rosado para que mandara alto. Si la primera llegó por la banda derecha malacitana la segunda llegaría por la izquierda. Ahora sería Valcarce quien buscaría las cosquillas de César para sacar un centro al segundo palo hacia Molina que en su intentó por rematar comete falta sobre Raúl López. Dos pequeños sustos para despertar a un equipo amarillo que se apoyó en César para comenzar a tener mayor protagonismo. Dicho dominio del balón no se traducía en ocasiones, que aunque aunque a cuentagotas seguían llegando por parte del bando local.

El sello del entrenador manchego se dejaba notar y el Cádiz trataba de sacar con criterio todos las balones pese a la presión malagueña. La banda de Paulo Jorge seguía siendo la fuente de inspiración del ataque de los de Muñiz. Precisamente, de un centro suyo llegó un remate que se fue ligeramente desviado. Otro susto, otro suspiro. El tercero de una tarde noche repleto de ellos.

La primera parte servía para que la mano de Julián Rubio se siguiera notando en el juego de un equipo que con el paso de los minutos se iba creciendo. Los tres espadas puestos por Rubio sobre el césped comenzaron a disfrutar de la colaboración en la creación de Paz y Parri. Asi llegó una jugada trenzada entre Dani, Casas y Natalio que acabó frustrada por la aparición de Valcarce cuando ya Gastón se disponía a rematar un pase de la muerte de Natalio.

Pese al cambio a mejor del conjunto cadista, lo cierto es que a los puntos el Málaga seguía siendo superior. Afortunadamente para los de la Tacita, el once blanquiazul echaba muy en falta a sus dos referencias atacantes (Baha y Salva).

Mientras seguían llegando los tímidos avisos, el Cádiz no perdía los nervios. Hasta se atrevía incluso a acercarse al área de Natalio gracias a un tiro de rosca desviado de Natalio. El Málaga siguió asustando al equipo amarillo pero pensando más en la reanudación.

Porque si en el primer tiempo no se había sufrido lo suficiente, en el segundo sí que se haría y en cantidades industriales. Necesitado de la victoria, el Málaga se echó descaradamente al ataque y el Cádiz cambió el discurso para confiar en la velocidad de sus delanteros y sorprender al contragolpe. Lástima que la gasolina no daría más que para sacar la garra y defenderse como gato panza arriba.

Muy pronto vería Limia el peligro asomarse a su marco merced a una jugada individual de Hidalgo que cuando se disponía a disparar vio como Raúl López se quitaba limpiamente rebañando el balón. Era la primera de muchas ocasiones que el Málaga comenzaría a disfrutar.

Para como de males, Bezares era expulsado cuando Fleurquin ya se disponía a reemplazarlo. Rubio sacaba el escudo y metía más madera para defender un punto que da oxígno al equipo.

El acoso malacitano seguía presente si bien las oportunidades no eran claras. Las ideas de los Muñiz también escaseaban y el recurso comenzó a ser el fútol directo para deleite de De la Cuesta y De Quintana, que semostraron muy acertados en esta faceta.

El Cádiz renunciaba al ataque descaradamente y la posesión de balón era total para el once local. Además, la fatiga de Dani y el cambio de Natalio no ayudaba para armar conragolpe alguno.Con esto, no sorprede que el once amarillo finalizara el encuentro sin ningún disparo a puerta. Por su parte, el Málaga ya lo intentaba a la desesperada animado por una afición que ayer sí se volcó con el equipo de la Costa del Sol.

Los cinco minutos del añadido se hicieron eternos para el equipo amarillo que incluso deshechó la opción atacante de un saque esquina.

Con suspense y sufrimiento se llegó a la conclusión de un encuentro que da alas a un equipo que la semana que viene tendrá la obligación de vencer al Sevilla Atlético para atar la permanencia.