Como sacerdote, Manuel de la Puente nos muestra su visión personal sobre los posicionamientos de la Iglesia Católica en determinados asuntos de la actualidad política.
-¿Debe la Iglesia vincularse a la política?
-La Iglesia en política directa no se va a meter, no va a tomar parte por un partido u otro. A la Iglesia lo que le toca es defender sus principios básicos. La Iglesia se mueve a un nivel prepolítico y no partidista. La Iglesia dice lo que es conciliable con la moral cristiana, dando libertad a todos los cristianos para que voten.
-Pero sí que desde la Iglesia se ha mostrado mayor cercanía hacia el Partido Popular...
-Yo no recuerdo que la Iglesia haya indicado que un partido se ajuste más a nuestra mentalidad cristiana. Ahora, a la Iglesia le toca, no dirigir el voto, sino recordar los principios de justicia, de defensa de la vida, cosas muy elementales.
-¿Puede un sacerdote hacer campaña política desde un púlpito?
-No digo que haya algún sacerdote en alguna parroquia que subraye alguna opción política en concreto, pero en general los sacerdotes no orientamos el voto.
-¿Es incompatible el cristianismo con la ley de interrupción voluntaria del embarazo?
-En mi opinión personal, entra en colisión con la defensa de la vida. Cuestiones como el aborto, la eutanasia, cierta manera de concebir el matrimonio no entran en mi concepto de persona humano.
-¿Son partidarios de que se derogue la ley del matrimonio homosexual?
-Esa ley nació en un contexto de tensión, porque lo que se discutía era una cuestión semántica, que no se aplicara la palabra matrimonio a una unión de hecho que puede tener las mismas consecuencias legales y la misma validez social que un matrimonio. Incluso con el diccionario de la Real Academia en la mano no se le puede llamar matrimonio. Me parece lógico que una persona quiera tener una cobertura social a su relación con otra persona de su mismo sexo, pero a mí no me parece bien desde el punto de vista de su intimidad moral.
-¿Cree que hay que cambiar la asignatura de Educación para la Ciudadanía?
-La Educación para la Ciudadanía como tal es buena. Lo que pasa es que ha dependido mucho primero de los textos y después de los profesores que la imparten. Cuando esta asignatura se convierte en un adoctrinamiento político al margen de la responsabilidad de los padres sí me parece mal.
-¿Debe la Iglesia cambiar su modelo de financiación?
-Los propios obispos reconocen que lo ideal es la autofinanciación de la Iglesia, y debemos caminar sin trauma hacia esa opción. Ahora bien, una partida importante de los gastos de la Iglesia se dedican al mantenimiento de edificios históricos, culturales, monumentales, y esa responsabilidad es más de la administración pública. En definitiva estos bienes no son para disfrute exclusivo de los católicos. El 90% de los monumentos de Cádiz, por ejemplo, son eclesiásticos. Habrá que aunar autofinanciación con el mantenimiento de unos bienes que la Iglesia no puede asumir. Si no hay ayudas del sector público las iglesias se terminarán cayendo.
