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El 60% de los siniestros que se producen en Cádiz se reparan en talleres piratas

En el sector existe una gran preocupación ya que cada año crece el número de negocios irregulares situando a la provincia a la cabeza de Andalucía

carlos cherbuy
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El ser humano tiene la capacidad de autojustificarse para minimizar el impacto de sus decisiones. Es una herramienta de supervivencia a la que acude especialmente en épocas de crisis para, por ejemplo, quedarse tranquilo al ahorrarse una cantidad importante de euros en el arreglo o supervisión de su vehículo, tras acudir a un taller de los denominados piratas. Es decir, sin ningún tipo de normativa, garantía o inspección de herramientas, material o conocimiento profesional. Los billetes que se quedan en el bolsillo compensan un riesgo que se piensa que no es tan alto.

Y parece ser que los gaditanos son expertos en este tipo de razonamiento, porque en los últimos años han crecido de manera exponencial el número de negocios sin control oficial debido a la demanda de reducir costes en el mantenimiento de los vehículos.

Y para darse cuenta de esta situación no hay más que mirar a los datos. Según el representante de la Federación de Empresas del Metal de Cádiz (FEMCA), José Muñoz, el 60% de los siniestros que se producen en la provincia son reparados en estos talleres piratas. La realidad es simple, aquellos golpes de los que no se hace cargo la aseguradora suelen quedarse en manos de mecánicos con establecimientos ilegales.

«Hoy en día parece ser que cualquiera que tenga un garaje abierto a la calle resulta que puede cambiar el aceite, pintar el coche o sustituir las ruedas. Existe un gran peligro en todo ello que va más allá de la competencia desleal que se le hace a los negocios que cumplen con la normativa. El riesgo está luego en la carretera. Al menos ése es el más grave, luego está el problema de que no existe garantía de la reparación ni se puede realizar ningún tipo de reclamación, motivos por los que cada día recibimos una gran cantidad de denuncias», expuso José Muñoz.

En el año 2014 se pusieron más de 960 denuncias debido a la mala práctica de estos establecimientos, lo que no impide que sigan en aumento. Otro dato significativo que representa el crecimiento que se está experimentando en Cádiz, son los resultados de la denominada operación 'Trócola' que realiza la Guardia Civil cada año en la provincia. Gracias a ella se detectaron en 2012 un total de 29 talleres ilegales, en 2013 fueron 38 y en 2014 la cifra saltó hasta los 169.

Si se atiende a las estimaciones de entidades como la Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (FACONAUTO) y la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), por cada taller oficial estaría funcionando uno ilegal. Esto significa que si en Cádiz hay aproximadamente unos 500 talleres oficiales, la misma cantidad habría de negocios ilegales.

Aunque en la provincia la situación se recrudece aún más, al convertirse en la provincia que está en los puestos de cabeza de Andalucía en este aspecto. Según los datos más del 20% de los talleres piratas de toda Andalucía se encontrarían en Cádiz. Si a esto se le suma la caída de actividad de los talleres como consecuencia de la crisis, se comprueba como la situación comienza a ser más que complicada para el sector. El temor es que si la tendencia continúa se pierdan decenas de puestos de trabajo. En lo que va de 2015, Cádiz se sitúa en el quinto puesto en cuanto a detección de talleres clandestinos, con Sevilla, La Coruña, Valladolid y Valencia por delante. Hay que resaltar que el volumen de población de Cádiz es mucho menor que las anteriores y aún así se encuentra entre los primeros municipios españoles en cuanto a la detección de la Guardia Civil de negocios de reparación de vehículos ilegales.

Un parque móvil más viejo

Y si resulta que Andalucía es la Comunidad Autónoma con más talleres ilegales, también destaca en cuanto a la antigüedad de su parque móvil, ya que el envejecimiento se acelera hasta una media de 11,7 años (un 0,3 más que la media española), lo que supone «un riesgo en materia de seguridad y un aumento de las emisiones en la atmósfera», provocando que España se posicione como el parque automovilístico más anticuado de los principales mercados europeos, según ANFAC.

Precisamente llaman la atención sobre la necesidad de rejuvenecer este parque móvil ya que los vehículo cuentan ahora con más sistemas de seguridad, más confort a la hora de conducir y expulsan menos emisiones contaminantes.

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