La princesa María Luisa de Prusia junto a San Nicolás y a los voluntarios de Concordia
La princesa María Luisa de Prusia junto a San Nicolás y a los voluntarios de Concordia - J.J.M.
SOCIEDAD

La aristocracia alemana celebra su San Nicolás solidario en Marbella

La «jet-set» de la ciudad se da cita en Puente Romano para repartir regalos y donar fondos a la Fundación Concordia Antisida

MARBELLA Actualizado: Guardar
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Se volvió a cumplir la tradición. La aristocracia alemana, encabezada por María Luisa de Prusia y Conde Rudi –Condes Schönburg– celebraron San Nicolás en Marbella, una costumbre que ambos vienen rememorando desde que se asentaron en la ciudad, donde Conde Rudi era director general de Marbella Club. Aunque el día de la conmemoración de este santo no es hasta el próximo 6 de diciembre, los amigos de los condes se reunieron en Puente Romano para una gala solidaria a favor de la Fundación Concordia Antisida, que preside la propia María Luisa de Prusia y cuya presidenta de honor es la Reina Sofía –prima de la noble alemana– y cuyo retrato presidió la estancia durante la cena.

Algunos de los nombres más representativos de la alta sociedad marbellí estuvieron en esta nueva edición.

No faltó una representación de la familia Hohenlohe, ni tampoco la condesa de Jordana, lady Dulverton o la condesa de Krag, pero tampoco potentados vecinos de la localidad como los Sauer, Boetefür, von Schubert, el doctor von Maravic o los Jannson. La mesa presidencial estuvo reservada para los anfitriones, acompañados de José María García Urbano, alcalde de Estepona, y Ricardo Arranz, dueño de Villapadierna, entre otros. En total fueron unos 200 invitados que participaron de un extenso menú ideado por Simón Padilla, chef ejecutivo de la cadena Marbella Club, que es uno de los grandes maestros gastronómicos de la Costa del Sol y que compuso una cena basada en la tradición germana, donde no faltó el popular postre bávaro Kaiserschmarrn.

Se sucedieron los regalos. Cada rifa traía aparejado un premio. Las papeletas eran de 50 euros y descubrían un valioso presente donado por empresarios de la ciudad para la lucha contra el sida. Salieron tratamientos de belleza, joyas, firmas de todo tipo de complementos, noches de hotel, cuadros entregados por galerías de arte o experiencias de todo tipo. Cada boleto revelaba un obsequio, que podía ir desde una tarde de golf a un paso por el salón de belleza, una buena cena en uno de los grandes restaurantes de Marbella o productos de una de las exclusivas boutique asentadas en Puerto Banús.

Todo acabó, como manda la tradición de San Nicolás, en un gran reparto de regalos solidario, donde no se perdió de vista la causa de la fiesta. La propia María Luisa de Prusia animó a seguir combatiendo esta enfermedad hasta la erradicación. «Tenemos que seguir concienciando de que es algo que está entre nosotros todavía. Las cifras de contagios siguen aumentando. Todo el que tenga sospechas debe hacerse la prueba rápida», explicó la princesa, quien aseguró que se puede hacer «una vida normal» a pesar de tener VIH. «Se puede vivir con sida, pero con una medicación y con constancia. Si se cambia más de tres veces la medicación a un enfermo ya no hace efecto porque se vuelve inmune», concluyó María Luisa de Prusia, que un año más volvió a reunir a todas sus amistades en torno a esta causa.

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