El obispo de Jaén, Amadeo Rodríguez Magro, saluda al Papa Francisco.
El obispo de Jaén, Amadeo Rodríguez Magro, saluda al Papa Francisco. - ABC
Religión

El obispo de Jaén critica a quienes alaban al Papa Francisco para denigrar a la Iglesia Católica

El prelado también cuestiona a los que, desde dentro, atacan al Sumo Pontífice

JAÉN Actualizado: Guardar
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El obispo de Jaén, Amadeo Rodríguez Magro, critica en una carta pastoral a quienes, desde fuera, ensalzan al Papa Francisco para denigrar a la Iglesia y a quienes, desde dentro, denigran al sumo pontífice para ensalzaruna determinada idea de la Iglesia. En su opinión, ambos sectores se equivocan. Los primeros, porque no tienen en cuenta el sentido comunitario de la fe; y los segundos, porque juzgan la actitud del Santo Padre con un criterio maniqueo.

En la carta, el obispo pide a los católicos que recen por el Papa y que estén vigilantes para no formar parte de ninguna de las dos corrientes de opinión suscitadas respecto a Francisco, procedentes ambas de colectivos minoritarios, pero con una elevada capacidad mediática.

De ahí que, además de alertar a la grey, centre su pastoral en cuestionar las intenciones tanto de quienes apuestan por engrandecer la figura del pontífice para empequeñecer la de la Iglesia como las de quienes vituperan al sucesor de Pedro porque le consideran heterodoxo.

Pide a los fieles que no entren en las corrientes de opinión suscitadas en torno al Papa

Respecto a los que aplauden, Amadeo Rodríguez resalta que cuando determinadas personas halagan al Papa, obvian adrede su pertenencia a la Iglesia. A estos les guían, a su juicio, criterios personales o institucionales.

Admiten que no se atreven a negar lo que es incuestionable: la nueva evangelización suscitada por Francisco con sus palabras y, sobre todo, con sus gestos, que, según expone, le ha acrecentado la credibilidad de la fe y la vida cristiana de los católicos. Puntualiza, sin embargo, que los elogios al pontífice no alcanzan al conjunto de la Iglesia, de la que ponen de relieve exclusivamente sus errores y sus pecados.

Para el obispo de Jaén, da la impresión de que estas personas se niegan a reconocer la santidad y autenticidad que hay en el conjunto del pueblo cristiano, de la que es un testigo cualificado el Santo Padre. Por esta razón, los define como clarividentes con el Papa, perointeresadamente ciegos con los demás católicos, sobre todo si son obispos y sacerdotes.

Los que así piensan, expone el prelado, se olvidan de que entre los católicos hay una sintonía, llamada comunión, que propicia que santos y pecadores den rostro a la Iglesia. De esa comunión, aclara, se deduce que lo que hace Francisco lo hacen todos los católicos y que lo que hacen todos lo asume Francisco, como pastor y padre. También los fallos, debilidades y pecados. Por tanto, ensalzar a Francisco y criticar la Iglesia es, según expone, no sólo un error, sino una injusticia.

En cuanto a los que, abierta o subrepticiamente, le niegan su adhesión filial al Papa Francisco con la excusa de una supuesta fidelidad a la Iglesia, Amadeo Rodríguez expone que no sólo se quedan cortos en su fidelidad al Santo Padre, sino que incluso, en ocasiones, le faltan al respeto que se merece, sobre todo cuando valoran el estilo con que ejerce su ministerio y su magisterio. Agrega que lo que a la mayoría de los católicos les parece maravilloso, ellos lo consideran errático.

El obispo opina que cuantos así piensan y actúan se conforman con una Iglesia a su medida y pretenden que ésta tenga sus hechuras, en las que no hay lugar para la compasión y la misericordia, viga maestra de la vida de la Iglesia y razón de su credibilidad, según resalta.

Añade que, por esta razón, previsiblemente, critican los matices más evangélicos del magisterio gestual y verbal de Francisco. Apostilla que, sin ser muchos, siembran dudas y, sobre todo, escandalizan a los sencillos, a los que dicen defender, al tiempo que producen una dolorosa zozobra en torno a la unidad de la Iglesia.

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