DEL ROJO AL OCRE

Río Tinto o la vida en condiciones extremas

La belleza cromática de sus aguas y minas potencian su turismo

El río muy cerca de su nacimiento FOTOS: ROMUALDO MAESTRE

ROMUALDO MAESTRE

«Parece “bourbon”» , exclama un estudiante alemán de Minas cuando recoge en su botella de plástico una muestra cerca del nacimiento de este río único en el mundo. Y es verdad . O miel, o albero, o meconio . Todo depende de la luz del día y de las condiciones ambientales para poder apreciar una infinita gama de tonalidades que van del rojo al ocre en Río Tinto . Alrededor del curso alto se sitúa el mayor yacimiento minero a cielo abierto de Europa, que ya fuera explotado desde tiempos ancestrales por tartesios y romanos. Sus peculiares colores se deben al alto contenido en sales ferruginosas y sulfato férrico que, junto a la escasez de oxígeno, otorgan un pH muy ácido . En las orillas se presentan estructuras características, resultado del enfriamiento de la escoria y los residuos mineros.

En la escasa vegetación de ribera de las márgenes del cauce –dada la acusada acidez del medio, destaca el llamado brezo de las minas . Es una especie amenazada y en peligro de extinción, endémica de Huelva, que acoge y da sustento a animales de la zona. Muchos son los sitios para parar con el coche y fotografiar el río. Este viajero le gusta el tramo que pasa junto al cementerio. Un trayecto muy bonito desde el camposanto del pueblo del mismo nombre hasta el primer túnel cauce arriba.

El vagón más lujoso

La visita se puede completar con múltiples actividades, todas relacionadas con la minería, en las que conviene confirmar por teléfono (959590025 / 619526888) o página web http://parquemineroderiotinto.es/ dado que los horarios cambian por temporadas. El Museo Minero Ernest Lluch incluye la reproducción de una mina romana, diferentes piezas en relación con la minería y la metalurgia de todos los tiempos, así como otras de «arqueología industrial». De ellas destaca el vagón del Maharajá, el más lujoso del mundo para vía estrecha, construido para la reina Victoria de Inglaterra y traído a Riotinto para una visita del Rey Alfonso XIII.

Del pueblo minero no se puede ir el visitante sin constatar la singularidad de su barrio inglés. En 1873 un consorcio financiero extranjero con mayoría de capital británico compró las minas constituyendo la empresa Rio Tinto Company Limited. Desde esa fecha hasta 1954 hubo presencia británica en la cuenca minera. En un principio se alojaron en el antiguo pueblo de Riotinto. Más tarde, el hecho de que la expansión minera en el filón sur iba a afectar el pueblo y por otro una excesiva proximidad con los trabajadores cuyas condiciones laborales hay que situarlas en esa fecha, hizo que en 1883 el nuevo director general Charles Prebble decidiera la construcción de un barrio donde albergar la dirección. Para ello eligió una pequeña colina de antiguas escorias al oeste del pueblo, lugar con una «bella vista» sobre la sierra, valles y planicies y que le dio nombre al barrio. En el mismo se puede ver desde una capilla presbiteriana hasta quizás la primera pista de tenis en Andalucía. La casa nº 21 la tienen como modelo de vivienda de la época y es visitable. Posee tres plantas y dos jardines con una superficie total de 540 metros cuadrados distribuidos en tres plantas. Mucho espacio para el servicio, la mano de obra debía ser barata.

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