ANÁLISIS

Medina Azahara de Córdoba ante la Unesco: Icomos avisa de que sus enemigos son el agua y las parcelas

El informe desvelado por ABC demanda que se ponga en marcha en plan de pantallas vegetales para ser Patrimonio demla Humanidad

Una joven mira los restos arqueológicos apoyada en una barandilla VALERIO MERINO

RAFAEL RUIZ / RAFAEL A. AGUILAR

Icomos, la organización que asesora a la Unesco en el análisis de las candidaturas al Patrimonio Mundial, ha pedido a las autoridades que lo que ponen en los papeles no sea un brindis al sol. De hecho, el informe, avanzado por ABC en exclusiva, que recomienda de forma expresa que sea inscrita en la lista internacional de bienes protegidos, exige que las medidas que se han puesto en marcha con el objetivo de paliar las amenazas pasen a ser una realidad y no sean una quimera teórica.

El informe identifica dos amenazas reales, tangibles, sobre Medina Azahara de Córdoba. Una es el agua dado que las construcciones de la ciudad palatina se realizaron de piedra caliza que tiende a la erosión por la lluvia y las escorrentías. Contra eso se reclama información y prevención. La segunda amenaza tangible son las parcelas que en su día llegaron a ser usadas por Icomos España como un argumento para que ni siquiera se llegase a pedir la declaración de Patriminio de la Humanidad.

Progresos

El documento reconoce que se han hecho progresos. Los planes de protección del territorio, las contínuas denuncias de los directivos de Medina Azahara e incluso la creación de una oficina especial de la Fiscalía, aseguran, han contribuido a detener el proceso de ocupación ilegal del territorio. Sin embargo, Icomos ratifica que Las Pitas, Córdoba la Vieja y La Gorgoja, que son las parcelaciones más cercanas, así como todo el eje de la carretera de Palma del Río, generan una tensión inevitable por mucho que la ubicación del Alcázar siga siendo privilegiada en el piedemonte de Sierra Morena.

La Junta realizó hace muchos años un plan para expropiando viviendas para la creación de un gran parque periurbano. Ese proyecto cayó en el olvido y se cambió en la candidatura ante la Unesco de una estrategia para ocupar el espacio libre que rodea el yacimiento mediante iniciativas de paisajismo que sirviesen para apantallar el monumento de su entorno. La táctica es sencilla. Plantar árboles y otro tipo de vegetación que impidan que se vean las casas. Además, crear senderos peatonales y para el uso de caballos ahora que la agricultura y la ganadería extensiva ya no es una fórmula para mantener el territorio a raya.

Un grupo de turistas entre dos arcadas VALERIO MERINO

El documento de Icomos anima a seguir en el camino de la excavación de la superficie y la investigación de la misma. La clave, afirma, es que se han hecho muchas cosas bien. Es cierto que el proyecto da un toque sobre determinadas estructuras reconstruidas, las más antiguas. También anima a que se mantenga el proyecto de recolocar en paredes todos los elementos ornamentales que se encuentran en estos momentos desperdigados por el suelo del yacimiento. Bajo el punto de vista del Icomos, se trata de una acción clave puesto que se trata de una pieza maestra del arte islámico. Una de las medidas adoptar es qué atauriques se colocan de esa manera y cuáles pasan a estar catalogados y almacenados de forma segura.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación