La Virgen de las Angustias, procesionando bajo palio
La Virgen de las Angustias, procesionando bajo palio - RICARDO / FUNDACIÓN CAJASUR
HISTORIA

El primer palio de la Semana Santa de Córdoba moderna

El conjunto que estrenó las Angustias en 1937 pasó en 1957 al Prendimiento, la cual ha recuperado recientemente parte de los bordados en un manto para la Virgen de la Piedad

Córdoba Actualizado: Guardar
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Las hermandades de la ciudad, a lo largo de su historia, han pasado por distintas etapas dónde su impronta visual en la calle era muy distinta a la imagen que ofrecen en la actualidad. Pasos procesionales, diferentes piezas patrimoniales e incluso cofradías de nueva creación han modificado el panorama de la Semana Santa de Córdoba desde principios del pasado siglo XX hasta la Semana Santa que tiene lugar a día de hoy. Con el reciente estreno del manto de la Virgen de la Piedad, realizado con los antiguos bordados del palio de la hermandad de las Angustias, se ha roto esa franja temporal para retroceder unos años atrás y recordar el que fuese el primer palio de la Semana Santa de Córdoba moderna.

Corría el año 1931 cuando la hermandad decana de la ciudad, la de Nuestra Señora de las Angustias, comenzó la realización de un nuevo paso procesional para el conjunto escultórico de Juan de Mesa. El diseño del nuevo paso, un paso de palio, correspondió a Manuel Mora Valle y los bordados fueron realizados por las Madres Adoratrices de Córdoba. El palio de la Virgen de las Angustias ha sido ampliamente estudiado y descrito en multitud de ocasiones, como por ejemplo, la descripción aparecida en la obra «Patrimonio Cultural de las Cofradías».

Era un palio de plata ochavado, con ocho varales en cada lateral. Las bambalinas eran muy recortadas, destacando sobre todo la frontal y la trasera. En la frontal, dos angelotes bordados sostenían el escudo de la cofradía. Todas las caídas tenían un largo fleco de bellota, y estaban configuradas en malla de oro, llegándose a bordar tan solo, durante el tiempo que sirvió a la hermandad, las dos bambalinas correspondientes al frontal y trasera del palio. Las laterales se mantuvieron en malla con adornos geométricos de lentejuelas, complementándose en la parte superior con unas cresterías metalizadas de fundición y plateadas.

En el año 1951 se formó en el seno de la corporación una comisión para dilucidar con Fray Albino, obispo de Córdoba por aquel entonces, «si el grupo escultórico es paso de Virgen o de Cristo a efectos de llevar palio o no». El obispo contestó que el paso litúrgicamente no debía llevar palio, pero que autorizaba plenamente a la junta de gobierno, «para que si así lo deseaba, lo sacara en Semana Santa».

Sin embargo, en el año 1957 el obispo debió cambiar de opinión, ya que la junta de gobierno comunicó a los hermanos la orden inmediata del prelado de que el paso de la Virgen de la Angustias debía de desfilar siempre «el Jueves Santo, sin palio y sin luz eléctrica, por no ser litúrgico». El 1 de septiembre de 1957 la junta de gobierno acordó poner en venta el palio por 100.000 pesetas, habiendo iniciado ya las negociaciones con una hermandad de Villa del Rio. Finalmente fue vendido a la hermandad salesiana del Prendimiento, la cual lo estrenaría en la Semana Santa del año 1959 en la primera salida procesional de la Virgen de la Piedad.

Posteriormente el palio fue descompuesto en distintas piezas, utilizándose algunas de ellas para la realización de un manto de salida para la titular mariana del Prendimiento. Este manto se utilizó hasta los años noventa, quedando en el olvido los antiguos bordados de las Angustias. Sin embargo, con la utilización de estas piezas en el nuevo manto de vistas de la Virgen de la Piedad, la hermandad del Prendimiento recupera una parte importante de la historia de la Semana Santa de Córdoba y sus cofradías.

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