ANIVERSARIO

Semana Santa de Córdoba 2018: Un paso con 75 años de historia para Jesús Caído

La pieza, que este año ha restaurado el rambleño Juan García, es la más antigua de la Semana Santo cordobesa

Nuestro Padre Jesús Caído sobre su paso ROLDÁN SERRANO

R. C. M.

El año 2018 pasará a la historia de las hermandades cordobesas como uno de los ejercicios cofrades con más aniversarios de relumbrón . Un año de aniversarios para diferentes imágenes y cofradías de la ciudad. Así, a los ya conocidos del Cristo de Gracia (400 años de su llegada a Córdoba), el Señor de la Humildad y Paciencia (75 años de su bendición) y la hermandad de la Expiración (centenario refundacional y 25 aniversario de la coronación de la Virgen del Rosario) se suma el aniversario de una de las piezas más antiguas que procesionan en la Semana Santa cordobesa. Se trata del paso de Jesús Caído , que cumple el 75 aniversario de su ejecución.

El paso procesional de Nuestro Padre Jesús Caído se realizó durante el mandato del torero Manuel Rodríguez Sánchez «Manolete» , hermano mayor de la cofradía del Jueves Santo en la década de los 40. La obra fue contratada en 1942 al tallista cordobés R afael Valverde Toscano , quien tomó como modelo el paso del Santísimo Cristo de la Buena Muerte de Sevilla, realizado unos años antes por Serradilla. De hecho, existe una curiosidad en torno a este tema, ya que cuando Valverde Toscano concluyó la obra, la cofradía sevillana propuso una permuta de paso con la hermandad cordobesa, ya que las terminaciones del paso de Jesús Caído eran mejores que las del paso original.

Características generales

La estructura general del paso, de madera de álamo blanco policromado en caoba , sigue las características estilísticas del paso hispalense con el uso de pilastras acanaladas, cartelas cuadradas con motivos florales y cestos florales para las esquinas, entre otros elementos. La realización completa del pasó costó unas 14.000 pesetas de la época . En 1957 se le añadió al conjunto los ángeles tallados y los medallones dorados, reforzándose todo el armazón interno. Posteriormente, en 1958 y 1959 respectivamente, los hijos del artífice de la obra, Rafael y Andrés Valverde introdujeron una serie de reformas que afectaron principalmente a la peana del Cristo y al basamento de los faroles, donde se colocaron dragones.

Los respiraderos del paso, por su parte, son de una elaborada ejecución de talla dispuesta en dos niveles. El superior, que forma tres rectángulos con motivos calados y el inferior, que se compone igualmente por tres paños con tallos y flores entrelazadas. Lo que lo diferencia este paso de el del Cristo de la Buena Muerte de Sevilla es que en el centro de la canastilla dispone de una tarima , también de madera con los mismos motivos ornamentales de raíz clasicista, que realzan la visión del Señor Caído. Los característicos faroles de sus esquinas, obra del orfebre cordobés Rafael León , se incorporaron en la Semana Santa de 1948, sustituyendo a los primitivos hachones con los que contaba. Finalmente, las últimas transformaciones del paso llegaron en 1990, con la talla de los cuatro evangelistas de las esquinas -obra de Miguel Arjona- y en 2008, con la incluso del ángel cirineo -obra de José Antonio Cabello-.

Una restauración necesaria

Precisamente en 2018, año en el que se cumple el 75 aniversario de su ejecución , la hermandad de Jesús Caído estrenará la restauración del paso de su titular. Unos trabajos realizados por el taller especializado en carpintería religiosa de Juan García Casas , en la localidad cordobesa de La Rambla. Según explicó a ABC el hermano mayor de la corporación, Juan Rafael Cabezas , aunque el estado de conservación del paso era bueno en un principio, conforme han ido desarrollándose los trabajos se ha podido comprobar que algunas partes no estaban todo lo bien que parecían en un principio , lo que ha retrasado la fecha de terminación prevista.

De esta forma, la intervención como tal ha consistido en la realización de una nueva parihuela en pino de Flandes , bastidores, trabajaderas y zancos, además de un repaso y barnizado del canasto y respiraderos y un refuerzo de los soportes de los cuatro faroles que alumbran cada Jueves Santo a la imagen del Señor Caído. Como confesó el propio carpintero en una revisión previa de la obra, el estado de la canastilla y los respiraderos «era excelente», conservando aún el charolado original debido a los cuidados continuos por parte de la corporación. Igualmente, García Casas destacó la importancia de la realización de una nueva parihuela, así como la reconstrucción de la estructura interna, ya que se observaban «ciertas partes deformadas por el paso del tiempo».

Los trabajos de restauración serán visibles para el público en general desde hoy en la nave anexa a la iglesia de San Cayetano una vez concluya el vía crucis presidido por la imagen. Lugar desde donde realizan su salida procesional los titulares del Caído. De esta forma, el paso más antiguo de la Semana Santa cordobesa lucirá en su máximo esplendor el próximo Jueves Santo.

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