Esther tiene 46 años, es ama de casa y busca trabajodesesperadamente pero no está apuntada en el servicio público de empleo, elantiguo INEM. Podría trabajar de limpiadora o de cuidadora de niños y ancianos. Ha pegado carteles en la calle y le ha preguntado a todos sus conocidos, pero ni se le ha ocurrido buscar ayuda en el antiguo INEM: "¿Para qué me voy a apuntar si no me van a llamar" responde. Si nunca ha cotizado, sabe que no tiene derecho a prestación. No encuentra motivos para apuntarse en el servicio público de empleo, que el año pasado sólo cerró dos de cada cien nuevos contratos. Comisiones...