Monumento Natural de Las Tuerces

Un secreto de Palencia donde las rocas forman figuras impresionantes

Una ruta entre las cuencas del Carrión y del Pisuerga en busca de paisajes sobresalientes

La Horadada, un impresionante cañón de piedra caliza

Francisco López-Seivane

Ya se han publicado repetidamente los hitos históricos más relevantes de la Castilla septentrional, con Brañosera , el primer municipio de España, a la cabeza. Se ha hablado muchas veces de los magníficos bosques de la Montaña Palentina , del increíble patrimonio monumental que motea todos y cada uno de los pueblos de la comarca, donde se aglutina la mayor concentración de arte románico del planeta. Por eso quisiera hoy centrarme en algunos tesoros escondidos.

Para empezar, es difícil establecer una linde definida que nos muestre dónde empieza y dónde acaba esta inigualable región de España, que se extiende por dos cuencas fluviales, la del Carrión y la del Pisuerga , que los romanos denominaron Pisoraca. Empecemos por esta última, siguiendo río arriba el camino que siguió la IV legión romana para someter a los celtas que ocupaban sus cerros. Viniendo del sur por la meseta, hay un punto, pasado Alar del Rey, donde la tierra se encabrita y el río ha configurado un impresionante cañón de piedra caliza, conocido como La Horadada . No hay mejor lugar para observarlo que el otero que los celtas eligieron para establecer su castro defensivo, conocido como Monte Cildá.

Las características moles de piedra del Monumento Natural de Las Tuerces Eduardo Margareto

Este paraje forma parte del Monumento Natural de Las Tuerces que abarca el conjunto de los paisajes cársticos que abundan en esta zona de la Montaña Palentina, cincelados con paciencia infinita por los ríos y arroyos, el agua de lluvia, el viento, el hielo y el sol, actuando sobre la blanda roca caliza y formando grutas, cañones, valles hundidos, setones, dolinas..., y regalándonos paisajes asombrosos como La Horadada o el recóndito Valle de Recuevas , cercano al pueblo de Gama, cuyas paredes rocosas son frecuentemente visitadas por jóvenes escaladores en período de formación.

En Las Tuerces hay oteros planos, donde las rocas han ido adquiriendo extraordinarias y singulares figuras, que nos llevan a pensar de inmediato en La Ciudad Encantada de Cuenca. Para visitar este extraordinario conjunto cárstico, que se extiende por varias poblaciones, lo ideal es partir de Aguilar de Campoo , desde donde parten distintas rutas, de variada dificultad, que recorren La Horadada y Las Tuerces, sin dejar de lado la increíble iglesia rupestre de Olleros de Pisuerga , que merece capítulo aparte.

En efecto, en Olleros de Pisuerga se halla una antigua iglesia rupestre dedicada a los santos Justo y Pastor. Entre los siglos IX y X era frecuente en la comarca el eremitismo rupestre. Se hacían excavando paredes de blanda piedra arenisca y se les daba forma de templo imitando el primitivo arte prerrománico. Lo más sobresaliente, sin embargo, del templo de Olleros es que fue reformado en el siglo XII, imitando ya las formas de las iglesias románicas, columnas incluidas. Para su ubicación se buscaban parajes singulares, en vallejos y entornos naturales de gran belleza, próximos a algún curso de agua o manantial. Todo el conjunto es perfectamente visitable. Para recabar más información basta llamar al teléfono 619 155 681.

La cuenca del Carrión , en la parte noroccidental de Palencia, presenta otras características. Ya no es premontaña como Las Tuerces, sino alta montaña, con picos como el Curavacas o El Espigüete , cuya altura sobrepasa los 2.500 metros. El Carrión nace en la llamada Laguna de Fuentes Carrionas , a 2.200 m de altitud, y transcurre por el valle de Pineda hasta llegar a Velilla. Se trata de un río meramente provincial, ya que tras recorrer el occidente de la provincia de Palencia, se entrega al Pisuerga en Dueñas, no sin antes haber alimentado presas como las de Camporredondo o Compuerto, cerca de Velilla, donde aún se conserva un arco del llamado Puente Romano, aunque en realidad se trata de un puente medieval. Allí mismo, en la propia villa de Velilla de Carrión, se da uno de los fenómenos hidrográficos más inexplicables: las llamadas Fuentes Tamáricas, que se secan aleatoriamente una u otra hasta que, de pronto, retoman su caudal, sin que nadie sepa cuándo ni porqué.

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