Así es Trolltunga, el mirador mortal de Noruega

Una joven perdió la vida en este espectacular acantilado al intentar hacer un selfie

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La muerte de una joven estudiante australiana ha vuelto a poner en el punto de mira la seguridad de los miradores naturales, impresionantes salientes en rocas y acantilados donde la moda es asomarse y hacerse una autofoto o incluso realizar piruetas para colgar en las redes sociales. El último escenario, protagonista involuntario de esta fatalidad, ha sido el Trolltunga uno de los acantilados más espectaculares de Noruega.

El Trolltunga o «lengua del duende» se encuentra «flotando» a 700 metros sobre el lago Ringedalsvatnet en Skjeggedal y la vista desde esta cima es simplemente impresionante. Las montañas que rodean el acantilado alcanzan alturas de hasta 1.500 metros y algunas de las cimas de las colinas tienen llanuras que se intercalan con lagos.

Los parches de nieve están presentes en algunas áreas, incluso en los meses de verano.

El acantilado se formó durante la era glacial, hace unos 10.000 años, cuando los bordes del glaciar llegaron al acantilado. El agua se congeló en las grietas de la montaña y, finalmente, rompió grandes bloques angulares.

Llegar hasta este mirador natural requiere de tiempo y buena preparación física ya que hay que caminar durante al menos cuatro horas atravesando montañas en un ascenso de aproximadamente 900 metros. Esta ruta es generalmente posible hacerla desde mediados de junio hasta finales de septiembre aunque depende de la meteorología y de la nieve acumulada en las montañas. Desde el departamento de Turismo noruego se advierte de la necesidad de planificar bien el recorrido y de ir preparado con botas, ropa extra de abrigo, mapa, brújula, comida y bebida ya que no existe cobertura móvil a lo largo de la ruta y todas las actividades se realiza bajo la responsabilidad del excursionista.

El Trolltunga ya estuvo en el punto de mira de medio mundo el pasado mes de agosto cuando el joven Toby Segar, de Godalming Surrey, realizó una voltereta hacia atrás y las temerarias imágenes dieron la vuelta al mundo.

Otro mirador de Noruega, El Púlpito, fue también testido de la muerte, en este caso, de un turista español en octubre de 2013 al caer desde 600 metros de altura. Un joven estudiante vallisoletano, Diego García Calleja, se precipitó al vacío cuando fotografiaba los fiordos desde esta espectacular montaña que visitan cada año 200.000 personas.

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