Qué es Gab, el «Twitter racista» que utilizó el asesino de la sinagoga de Pittsburgh

El asesino de 11 personas en una sinagoga durante un rezo dejó plasmadas sus intenciones en una minoritaria red social, que permanece ahora inaccesible

J.M.SÁNCHEZ

Existe una sensación de impunidad en internet. A medida que la conversación se ha trasladado a las redes sociales, la pugna entre libertad de expresión y la protección de uno de los pilares fundamentales de la evolución de internet, el anonimato, se ha acrecentado. Las grandes plataformas sociales como Facebook o Twitter han aprendido la lección , pero no son los únicos foros de discusión que existen en este interminable mar de conocimientos.

La hasta ahora desconocida red social Gab, que permanece ahora inaccesible temporalmente, se ha convertido en un pilar fundamental para conocer las verdaderas intenciones de Robert Bowers , sospechoso de perpetrar una masacre que en una sinagoga de Pittsburgh (EE.UU.) durante un rezo la pasada semana . El tiroteo se saldó con 11 muertos y otros 6 heridos . Un nuevo escenario de violencia en la que los investigadores tratan de esclarecer. Las primeras hipótesis apuntan a que el asesino, de 46 años, dejó plasmadas sus intenciones en esta plataforma, una especie de Twitter que ha cobrado cierta relevancia como herramienta de discusión de simpatizantes de ultraderecha. En los últimos años, de manera discreta y casi silenciosa, ha venido ganando fama hasta el punto que este año acumuló 5 millones de dólares en inversión privada.

Mezcla de Twitter y Reddit

Este servicio digital nació oficialmente hace dos años coincidiendo con la «limpieza» de Twitter y Facebook de cuentas que fomentaban el odio. Con el lema de «sin censura», el servicio permite a sus usuarios leer y escribir mensajes multimedia de hasta 300 caracteres, que la compañía define como «gabs». Esas publicaciones se pueden votar para darle mayor relevancia al estilo de otro foro mundialmente conocido, Reddit. Cualquiera puede decir allí prácticamente lo que uno desee.

Las pretensiones de su creador, Andrew Torba , era la de crear una plataforma que contrarrestara el monopolio de las grandes redes sociales. Pero se le fue de las manos. Su idea de potenciar la libertad de expresión potenció un refugio para grupos de extremistas, que han campado a sus anchas sin temor a represalias. «Creamos Gab con el propósito de desahogarnos y no para matar. Esa no era nuestra intención», explicó a Reuters Utsav Sanduja , exjefe de operaciones de Gab.

Con unos 450.000 usuarios registrados -800.000 usuarios, según otras fuentes consultadas-, el principal objetivo cuando se lanzó era el de atraer a usuarios conservadores y nacionalistas. Pero pronto se llenó de discursos radicales y antisemitas. Atrajo a neonazis. Y se implantó la ley del más fuerte. El estás conmigo o contra mí. De hecho, el portal ha sido calificado como el «lugar favorito» de ciertos usuarios controvertidos que han sido suspendidos de otros servicios mayoritarios como Richard Spencer, Mike Cernovich o Alex Jones, que en los últimos tiempos se han erigido como iconos de la supremacía blanca en Estados Unidos.

En la actualidad, precisamente, y a raíz de los últimos escándalos, las principales plataformas sociales han aceptado la necesidad de poner coto a los usuarios más radicales y a los llamados «trolls», perfiles que se dedican a propagar el odio y el insulto . La legislación española ha trabajado para debilitar su presencia, pero todavía se producen casos singulares casi a diario. Pero este perfil de usuario polémico se ha trasladado a otros servicios de corte más minoritario. Gab es ese ejemplo; apenas restringe las publicaciones más extremistas.

Boicot de Silicon Valley

El principal sospechoso en el tiroteo de la sinagoga ha mantenido una cuenta activa y verificada en Gab, donde mostraba un código (14/88) empleado por grupos neonazis. Días antes de su crimen, Bowers publicó en esta red social una dura crítica contra la Sociedad de Ayuda al Inmigrante Hebreo (HIAS), organización sin ánimo de lucro que ayuda a los refugiados judíos a trasladarse a Estados Unidos. Su mensaje cobra ahora una mayor relevancia tras los asesinatos: «Los judíos son hijos de Satanás». Estos mensajes publicados el 29 de septiembre se han incorporado a la investigación. Está acusado de 44 cargos federales , que le pueden llevar directamente a la pena capital.

La red social ha asegurado en un comunicado que tomó medidas «rápidas y proactivas» para ponerse en contacto con la policía de inmediato tras confirmar la identidad del sospechoso, confirmando así los datos del usuario antes de suspender la cuenta. «Gab desaprueba y condena inequívocamente todos los actos de terrorismo y violencia», reza el texto colgado en su página web. A raíz de ese caso, varios proveedores han retirado sus campañas de publicidad. Otras firmas de Silicon Valley como Google o PayPal han pedido un boicot, aunque la compañía quiere seguir activa: «Somos la startup más censurada y difamada de la historia, lo que significa que somos una amenaza la oligarquía de Silicon Valley».

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