ANÁLISIS

Talento español: así son las jóvenes promesas para combatir el cibercrimen

España cuenta con profesionales muy formados en materia de ciberseguridad

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Los ciberdelitos no cesan. Cada día salen a la luz nuevos casos que evidencian cómo la ciberseguridad debe avanzar para poder hacer frente a un nuevo modelo de crimen organizado en constante evolución. Recientemente, Grupo IB ha destapado el caso de Cobalt, el grupo de «hackers» que ha conseguido atacar de forma remota varios cajeros automáticos en más de una docena de países europeos. Entre ellos, España.

La realidad es cruda. El cibercrimen mueve más dinero que industrias como el narcotráfico y, para hacerle frente, empresas, gobiernos y entidades necesitan de profesionales altamente preparados. Nuestro país tiene la gran suerte de contar con ellos.

España se ha proclamado campeona de la European Cyber Security Challenge 2016 en Dusseldorf (Alemania), la competición de la Agencia Europea para la Seguridad de la Información (ENISA) que busca a jóvenes talentos en materia de ciberseguridad.

Los integrantes del equipo nacional fueron elegidos en la competición española CyberCamp 2015 y entrenados en las instalaciones del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), entidad dependiente del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital.

De hecho, este fin de semana se celebra en León Cybercamp 2016, el principal foro nacional organizado por INCIBE para todos los públicos que fomenta el uso responsable de internet y persigue identificar, atraer, gestionar y ayudar a la generación de talento en dicho sector.

Pablo Fernández
Pablo Fernández

«No nos esperábamos ganar», reconoce Pablo Fernández, de 18 años, el más joven del equipo. «Sabíamos que éramos un buen grupo y que teníamos posibilidades pero no como para quedar los primeros», explica. «Para nosotros, los rivales más fuertes eran Austria, Suiza y Alemania y por eso pensábamos quedar segundos o terceros», añade Daniel Fernández Rodríguez, el mayor del equipo. Ellos y sus otros ocho compañeros, que no superan los 25 años, han sabido imponerse a Estonia, Grecia, Irlanda, Liechtenstein, Suiza, Alemania, Austria, Reino Unido y Rumanía

Fuga de talento

«Ha sido un competición muy dura, de muchas horas seguidas», relata el benjamín. Y es que no era fácil. El certamen se centraba en dos partes: ataque y defensa y pruebas sueltas a modo de examen sorpresa para poner a prueba el nivel de conocimiento de los participantes.

En el modelo CTF Ataque-Defensa, cada equipo tenía un servidor propio, como el de cualquier empresa. Debían descubrir vulnerabilidades y parchearlas para que no pudieran ser explotadas por sus atacantes. «Fue la parte más dura», recuerda el joven.

En la segunda fase tenían que descubrir fugas de información por radio frecuencia y valerse de las diferentes vulnerabilidades y sus conocimientos en criptografia, ingeniería inversa y «hacking» ético para hacerse con el mayor número de puntos atacando a sus oponentes mientras defendían su propia infraestructura. Como en la vida real, tenían un iPhone y un teléfono Android de los cuales tenían que sacar información, obtener contraseñas, datos sensibles, modificar datos, etc.

Daniel Fernández
Daniel Fernández

La victoria española evidencia «el tremendo talento que hay en España en ciberseguridad a pesar de la fuga de talento que sufrimos en este sector desde hace tiempo a pesar de que es un mercado en continuo crecimiento, lleno de empleo y donde faltan profesionales cualificados», apunta Raúl Riesco Granadino, seleccionador y responsable del equipo español. Algunos, de hecho, trabajan en Google y Facebook.

«Hay jóvenes profesionales muy preparados en España. Lo que pasa es que es ahora cuando la ciberseguridad está evidenciando su importancia porque cada vez está todo más conectado. Y va a ir a más», añade Riesco.

Pablo Fernández también coincide con ellos. «En nuestro país hay mucha gente válida pero necesitamos más profesionales», lamenta. A pesar de su juventud, es plenamente consciente de la gran amenaza de la ciberdelincuencia. «Hay que distinguir dos áreas, la personal, en la que cualquier usuario está expuesto quiera o no por el simple hecho de llevar un ‘ smartphone’ encima, y la global, es decir, la ciberguerra. En la actualidad, las balas se sustituyen por el robo de datos», recuerda el joven. Muestra de ello han sido los ciberataques de Rusia a EE.UU. en plena campaña electoral.

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