Enrique Ávila, Jefe de Seguridad de la Información de la Guardia Civil y Director del Centro Nacional de Excelencia de Ciberseguridad
Enrique Ávila, Jefe de Seguridad de la Información de la Guardia Civil y Director del Centro Nacional de Excelencia de Ciberseguridad - Maya Balanya

Enrique Ávila: «Cada uno tiene que valorar si le compensa ceder su privacidad a Facebook a cambio de reconocimiento social»

Hablamos con el Jefe de Seguridad de la Información de la Guardia Civil y Director del Centro Nacional de Excelencia de Ciberseguridad sobre la privacidad en internet

MADRID Actualizado: Guardar
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Imagínate que vives en un mundo en el que saber todo de todos es siempre lo mejor. Nada de secretos. Estar constantemente vigilado es la mejor manera de construir un mundo «perfecto», transparente, en el que el ciudadano, vigilado las 24 horas del día, será ejemplar sabiendo que es observado constantemente. En este caso, no se le pasará por la cabeza robar un banco (todo el mundo le vería) porque cuando te observan te comportas mejor. Y es que -dicen- el conocimiento es un derecho humano fundamental. En definitiva, hablamos de un lugar en el que se socializa porque el ciudadano -o usuario- ha perdido su privacidad porque ha vendido sus datos personales a una compañía que los monetiza y, evidentemente, se hace de oro a su costa.

Pero no pasa nada. Todo sea por hacer un mundo mejor.

Este escenario recuerda -y mucho- a lo que hacen Facebook o Google. Y es, a grandes rasgos, lo que refleja la película «El Círculo», basada en el libro con el mismo nombre de Dave Eggers, con Emma Watson y Tom Hanks. El filme supone una profunda reflexión sobre la privacidad en internet. Porque nos guste o no, la era digital es una realidad imparable. «Nos iremos adaptando», asegura Enrique Ávila, Jefe de Seguridad de la Información de la Guardia Civil y Director del Centro Nacional de Excelencia de Ciberseguridad. Las redes sociales, Facebook, Twitter, comprar por internet, ciberataques… forman parte del avance tecnológico. «Siempre hay víctimas», reconoce el experto. «Pero no pasa nada -continua- Siempre las hay. Hay una cosa que destruye a las sociedades: el hecho de no asumir riesgos. La sociedad que quiera aspirar a riesgo cero es porque va a ir renunciando a derechos y libertades. La vida tiene riesgos y hay que operar teniéndolos en cuenta y haciendo lo posible por mitigarlos».

¿Le ha gustado la película? ¿Es real lo que refleja o hay mucha ciencia ficción?

No hay nada de ciencia ficción en esta película. Aunque no se parece mucho al libro, que tiene más implicaciones, y aunque es verdad que he visto cosas más duras en el tema de privacidad y redes sociales, es un filme para reflexionar y generar inteligencia colectiva.

Enrique, usted tiene Facebook. Y encontrarle en Google no es difícil. ¿Es eso malo? ¿O bueno?

Las categorías bueno, malo o regular son discutibles. Por mi experiencia, por motivos laborales, muchos estamos expuestos y es verdad que eso conlleva cierto riesgo desde el punto de vista de la ciberseguridad, pero también es un modelo que genera muchas oportunidades. Eso genera valor y si no lo gestionas bien, produce riesgo o amenaza.

El usuario prefiere la primera opción, no la segunda.

Para eso tienes que saber, conocer, generar nuevas capacidades para saber gestionar esa situación. Pero esto ha ocurrido a lo largo de la Historia. Todo genera riesgos y amenazas pero también oportunidades. Lo que pasa es que, en este caso tan específico, la tecnología va muy deprisa.

Quizás de ahí venga esa percepción negativa de la sociedad con respecto a los avances tecnológicos, de lo rápido que va internet o de lo que genera una red social

Los seres humanos no estamos preparados para funcionar a esa velocidad. Pero yo creo creo que el principal riesgo en la Red es la no formación, la no adquisición de nuevas capacidades. Nosotros somos los responsables de nuestra propia vida. El usuario tiene que ser consciente de lo que hace. No hace falta ser informático o jurista, pero esta tendencia forma parte ya de nuestra cultura.

El ciudadanos tiene que entender que si el contador de su casa pasa a ser digital, sus patrones de gasto de consumo están registrados, se suben a la nube y sabrán su comportamiento de consumo. Y todo va a ir a más. ¿Eso es bueno o malo? El criterio de bondad o maldad solo existe en las acciones del ser humano. La información está ahí y puede ser utilizada con muchos fines. Por eso hay que generar nuevos conceptos, como el del ciberciudadano, es decir, qué derechos y libertades tenemos que respetar rigurosamente en el dominio del ciberespacio. Eso lo veremos en las próximas generaciones porque, además, la realidad es que el concepto de privacidad para un chico de 14 años es radicalmente diferente al nuestro.

Aún así, la sensación generalizada es que parece que hemos vendido nuestra privacidad a las grandes compañías tecnológicas y que nadie nos protege

Eso, ¿cuánta gente se lo plantea? Muy poca. El común de los ciudadanos se pregunta: «Es gratis o no es gratis». Si algo hay gratis en el ciberespacio es que el producto eres tú. Cada uno tiene que aprender a asumir y reflexionar lo que eso significa. Con el IoT, por ejemplo, vamos a seguir viéndolo. Y más con la medicina exponencial. Si yo quiero vivir hasta 150 años, 200 o 300, como pretenden hacer las grandes compañías tecnológicas, daré mis datos. Le corresponde a cada uno valorar si quiere regalar su privacidad a una compañía que va a tener sus datos en la nube y va a hacer con ellos lo que quiera. Eso es crear valor pero también es un riesgo y una amenaza.

No sé si cada usuario registrado en Facebook habrá llegado a hacer esa valoración

El usuario se ha registrado en Facebook de forma voluntaria y ha aceptado las condiciones del servicio sin leerlas. ¿Qué obtenemos de Facebook? Reconocimiento social, que la gente vea que eres muy feliz a través de las fotos que compartes, etc. Eso es lo que obtienes a cambio de ceder tus datos. ¿Te compensa? Eso es lo que cada uno tiene que pensar.

«El común de los ciudadanos se pregunta: 'Es gratis o no es gratis'. Si algo hay gratis en el ciberespacio es que el producto eres tú

Hay que dotarse de conocimiento. No estamos ante un problema técnico. El usuario tiene que saber el uso y la implicaciones del uso de todas las herramientas que el usuario tiene a su disposición en internet. Ese es el verdadero reto.

Eso no quita que haya un control judicial pero esto se puede solucionar de una manera: con la tecnología. Por ejemplo, con «Blockchain», o conceptos similares, en los que tú eres propietario de tus datos exclusivamente. Pero eso significa que el ciudadano tiene que hacer un sobreesfuerzo intelectual.

Lo que está claro es que Facebook, Google, Instagram, etc. nos lo han vendido muy bien

Yo a eso lo llamo dinámicas sociales. Es decir, se desarrolla una dinámica en la que llega un producto o servicio con el que encaja y entonces tiene éxito. ¿Durante cuánto tiempo? Porque, ¿qué es Facebook ahora? Solo lo usamos los viejos.

Pero Facebook tiene Instagram que triunfa entre los más jóvenes

Sí y a mi no me interesa nada. Además, dentro de unos cuantos años, vendrá otra cosa. En el ciberespacio se va generando valor cada cierto tiempo a diferentes cosas por esa dinámica social. Lo que es un negocio impresionante es el delito como servicio. Para eso hay que dotar al Estado con recursos y también de leyes. No es lo mismo perseguir pederastia que grupos de ciberdelincuentes internacionales que atacan infraestructuras críticas. Los recursos son muy diferentes, tanto desde el punto de vista económico como profesional. Por eso, para dotar de ciberseguridad al sector público, yo he solicitado al menos, 5.000 o 6.000 agentes con competencias básicas en escenarios de ciberdelito. El ritmo al que se forman nuevos agentes, tanto en Guardia Civil como en Policía, es claramente insuficiente. Y esto va a más y muy rápido. El problema es que se está desarrollando. Aunque así, todos los recursos que vengan serán bienvenidos.

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