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Kindle Oasis: una evolución ideal de los lectores electrónicos

La nueva versión del dispositivo es sumergible y permite reproducir audiolibros al tiempo que agranda el tamaño de su pantalla

VIDEO: J.OLEAGA

J.M.SÁNCHEZ

Pese a que las tabletas y teléfonos móviles pueden utilizarse para leer libros desde aplicaciones especializadas, las pantallas que montan no están realmente concebidas para una lectura en tiempos prolongados. Brillos, reflejos y emisiones de luz puede provocar cansancio. Los lectores electrónicos o eReaders, en cambio, cuentan con paneles de tinta electrónica aptas para esta actividad. Este tipo de dispositivos, que empezaron a popularizarse hace quince años, estaban predestinados a cambiar el consumo de libros y convertirse en la principal forma de lectura. Pero con el tiempo, el formato papel, que daba la sensación que acabaría pereciendo ante la digitalización absoluta, ha resistido estoicamente.

De hecho, los libros electrónicos representan solo el 4%, según datos del pasado año de la firma de distribución digital Libranda. Otros informes consultados certifican, además, una estabilización del producto. Según los datos de la consultora PWC , las ventas de libros electrónicos seguirán creciendo lentamente a expensas del libro impreso. De los dispositivos más populares destaca el Kindle, de Amazon, que ha empleado como catapulta para la venta directa y suscripción de los libros digitales.

Hace dos años, la firma norteamericana renovó su producto estrella con una versión que, de primeras, representaba la evolución ideal de los lectores electrónicos. La fórmula se había depurado, pero todavía espacio que rellenar. El nuevo Kindle Oasis , segunda versión del dispositivo, ha logrado precisamente cumplir ese desafío al permitir que pueda sumergirse en el agua. Pero llega con ciertos «peros», ya que pese a que se vende como un eReader sumergible, lo cierto es que es más bien resistente al agua en base a la certificación IPX8.

El matiz es importante porque solo hay que leer la letra pequeña para darse cuenta; eso quiere decir que aguanta una «inmersión breve y accidental» y, por tanto, «no está diseñado para usarse debajo del agua». Aún con esas, es poco probable que alguien se dedique a leer la última novela de su escritor preferido dentro de la bañera, pero al menos queda la garantía que si te lo llevas a la piscina y le salpica el agua no hay temor a que se estropee.

Esta nueva versión cumple con creces, en general, con lo prometido. Nos encontramos con una pantalla de 7 pulgadas que presenta 300 puntos por pulgada . Espacio más que suficiente para la lectura, que no se hace incómodo en su manejo, y más teniendo en cuenta que se ha ganado tamaño respecto a su predecesor (de solo 6 pulgadas). Liviano y transportable gracias a sus 193 gramos de peso , el dispositivo es muy fino, pero da la sensación de ser algo pesado, al menos si lo comparamos con otras versiones anteriores. No obstante, su estética es impecable, compuesta por un chasis de aluminio que le confiere una gran personalidad.

Toda su tecnología queda descargada en un espacio lateral, pero afortunadamente se ha mantenido su sistema de rotación, permitiendo así que si lo estás sujetando con una mano y lo pasas a la otra, el contenido se gira gracias a la acción de un acelerómetro, de forma que el usuario puede leer como si nada y sin importar que vayamos sujetando de forma alterna con una u otra mano.

En uno de los marcos se han situado dos botones para poder avanzar o retroceder páginas, aunque también se puede hacer directamente sobre la pantalla táctil pero que mantiene la idea de tinta electrónica que facilita la lectura y no produce reflejos incómodos, incluso a plena luz del día. Este hecho obliga, sin embargo, a aprender ciertas interacciones; el gesto de regresar a la página de inicio o pasar página está escondido, aunque se trata de acciones que una vez que se experimenta se adoptan con facilidad. Tanto el brillo, como la nitidez como la presentación de las palabras y definición es perfecta para su lectura, logrando así que se pueda utilizar en periodos prolongados de tiempos porque, en efecto, y salvo que se tenga algún problema visual, no provoca cansancio ocular.

Dispone de dos versiones diferenciadas por su espacio de almacenamiento (8 y 32 GB). Una de sus grandes bazas es la duración de su batería, que llega perfectamente cuatro días, incluso se ha utilizado con asiduidad. Una característica que permite olvidarse de recargarlo, pero que no está al nivel de otros modelos en cuanto a autonomía. Tanta memoria tenía que tener alguna razón de ser. Por primera vez, está pensado para reproducir audiolibros.

En cuanto a sus funciones, el Oasis dispone de las herramientas necesarias y exigida a este tipo de dispositivos. Tales como controlar el tamaño de la fuente, alinear los párrafos, gestionar el brillo, subrayar frases, apuntar anotaciones. Tiene un precio de 279 euros, por lo que no invita realmente a hacerse con uno, sobre todo, si ya se es propietario de otro Kindle anterior. Es un costo demasiado elevado para beneficiarse de unas características casi innecesarias, ya que el uso principal es el consumo de libros digitales.

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