Cuando el banco tiene que ir de casa en casa

En América Latina, casi uno de cada dos adultos no tiene una cuenta bancaria, por lo que las entidades se alían con la tecnología para llevarles a la puerta servicios básicos financieros y asesoramiento personal en la materia

S. T.

Las probabilidades de encontrar a alguien sin una cuenta corriente en España son casi ínfimas: según el Banco Mundial, sólo un 2% de los mayores de 25 años está excluido del sistema financiero. Menos conocida es la realidad que se vive en una región de la que culturalmente no nos separan tantos kilómetros. En América Latina, casi uno de cada dos adultos no tiene una cuenta bancaria . Una situación que se agrava en países como Colombia o Perú, donde las tasas de exclusión financiera son del 54% y 57%, respectivamente; y una brecha que se ensancha cuanto más te alejas de las ciudades, a donde es más difícil llegar.

Por eso, superar esta barrera es una de las prioridades de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, la hoja de ruta universal suscrita por todos los países para que en poco más de diez años el mundo haya mejorado. Sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), de los que cada vez se habla más, reconocen la importancia de la inclusión financiera, de las microfinanzas y de las nuevas tecnologías para reducir la pobreza, que se concentra en las áreas rurales.

El banco llama a la puerta de casa

Hasta esas zonas, se desplazan los 4.000 asesores de la Fundación Microfinanzas BBVA –una entidad sin ánimo de lucro que promueve el desarrollo de emprendedores vulnerables– para garantizar el compromiso más ambicioso de la Agenda 2030: no dejar a nadie atrás. La Fundación contribuye al cumplimiento de los ODS en general e impacta directamente en ocho de ellos. Así lo refleja su Informe de Desempeño Social, que se acaba de presentar y en el que mide el progreso de los más de 2 millones de emprendedores a los que atiende en cinco países de América Latina ( Colombia, Perú, Rep. Dominicana, Chile y Panamá ).

En Colombia, el 95% de las operaciones de crédito ya se hacen a través de la tableta que llevan los asesores hasta los hogares-negocios de sus más de 930.000 clientes, de los que unos 100.000 utiliza Banca Móvil, una aplicación que les permite manejar sus finanzas y gestionar su relación con la entidad. De ellos, casi un 30% de los clientes de crédito de la Fundación son pequeños agricultores cuyos ingresos dependen, además, de algo tan frágil y voluble como la calidad de las cosechas, los cicles productivos y los fenómenos meteorológicos , por lo que las nuevas herramientas en finanzas son, a sus ojos, algo secuendario, a pesar de que el mundo se mueva en base a estos adelantos.

«Llevar la tecnología hasta los negocios de los emprendedores nos ha permitido agilizar el proceso de respuesta: podemos darles la información al momento, acceder a su historial y ajustar los pagos del préstamo a sus circunstancias», cuenta Dary Paz , una de las asesoras desde Bogotá.

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