Vuelta a las clases rurales de los sesenta

Un municipio cántabro restaura sus antiguas escuelas para mostrar cómo aprendían los niños en el ámbito rural

EFE

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La educación y los valores no se deben perder nunca, por ello un municipio cántabro ha decidido restaurar sus antiguas escuelas y convertirlas en pequeños museos para mostrar cómo aprendían los niños en el ámbito rural hace más de medio siglo hacia atrás.

El Ayuntamiento de Valderredible y la Junta Vecinal de Castrillo de Valdelomar han recuperado la antigua y casi centenaria escuela de esta pedanía , construida en 1922 y cerrada en 1972, como ha podido observar Efe.

Lejos de los ordenadores portátiles o las pizarras digitales y táctiles de las que disfrutan hoy la mayoría de colegios se encuentran los pupitres y bancos de madera, las estufas de hierro , los mapas físicos en blanco y negro, las enciclopedias o los libros de costura de los que disponían estas antiguas escuelas.

El alcalde de Valderredible, Fernando Fernández, destaca que con este proyecto se pretende "dignificar" la educación rural y también recordar la figura de aquellas maestros vocacionales que tanto contribuyeron al desarrollo del valle como Rosalía Revilla, que es la última maestra que dio clase en Castrillo.

Otros de los objetivos a los que apunta Fernández es que sirva como atractivo para luchar contra la despoblación rural, y recordar una serie de valores que, a su juicio, se están perdiendo, como la disciplina, el trabajo, el respeto y el esfuerzo.

Es en 1912 cuando se implanta la escolarización obligatoria en España y se prohíbe el trabajo infantil, aunque la asistencia a estos colegios era estacional, tal y como reza el cartel a la entrada de la escuela de Castrillo.

Esta fue una de las trece escuelas nacionales de primera enseñanza que se construyeron en Valderredible entre 1923 y 1931, coincidiendo con la dictadura de Miguel Primo de Rivera.

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Al igual que la mayoría de esta época, la escuela de Castrillo está levantada en mampostería y tiene tres ventanas en su fachada principal, dos en su parte frontal y una en el lateral.

En el primer lustro de los años treinta, con la restauración de la República, se llevó la cultura y la educación al mundo rural de la mano de las "Misiones Pedagógicas", que se ayudaban del cinematógrafo, un teatro desmontable y los libros para esta labor.

De hecho, fue el municipio de Valderrible el primero de la Cantabria rural que conoció el cine, en unas sesiones en las que también se ofrecían audiciones de música popular y clásica, lecturas de cuentos y poesías o charlas sobre artículos de la Constitución.

En el cartel que repasa la historia de la escuela de Castrillo de Valdelomar también se hace alusión a los capítulos negros que vivieron estos centros con la Guerra Civil, pues fueron asesinados dos maestros del municipio: Inocencio Campo, de Allén del Hoyo, y más tarde Abundio Peña, de Repudio.

Y se homenajea en esas letras a Rosalina Revilla, la última maestra de la escuela de Castrillo, quien señala a Efe que la recuperación de la escuela ha sido "fabulosa" y le ha hecho mucha ilusión, pues estuvo allí nueve años.

Rosalina recuerda que era una clase de una quincena de jóvenes , más bien mayores, porque apenas había ya nacimientos, y el único niño entre los alumnos era su hijo.

Administrativos y médicos

En estas aulas se los preparaba para su posterior paso por el colegio y, orgullosa, explica que alumnos que estudiaron en esa escuela han llegado a ser administrativos, médicos o maestros.

"Es un reconocimiento hacia su persona y trayectoria pero extrapolable a todas a quellas maestras que dedicaron su vida a la educación y formación de nuestros ciudadanos", destacó el alcalde en la inauguración de las obras de recuperación de la escuela.

Durante 2019 la escuela se podrá visitar con la compañía de un guía que mostrará tanto el interior como su entorno, ha explicado el alcalde.

Según Fernández, la escuela más completa del municipio es la de Castillo por la existencia de un museo etnográfico en el que se guardó material que se ha podido recuperar y recomponer con motivo de esta iniciativa.

"Esta zona, que es de las más deprimidas de Valderredible, se pretende reconvertir en un museo de las costumbres y tradiciones", señala el alcalde sobre una área en la que confluyen varias iglesias con arte religioso y pinturas rupestres.

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