EFE

Cae la valoración pública del sistema sanitario

Los principales indicadores de salud se mantienen estables, pero se detectan riesgos preocupantes de cara al futuro. La financiación y el empleo del sector mejoran ligeramente en el último año

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Fedea publica hoy el segundo informe anual de su Observatorio de la Sanidad, elaborado por Sergi Jiménez (Universitat Pompeu Fabra) con la colaboración de Analía Viola. El informe destaca los fuertes altibajos a los que ha estado sometido el gasto sanitario durante la última década y media. Tras el rápido crecimiento registrado entre 2000 y 2009, se produce una fuerte contracción entre 2010 y 2014, seguida de una cierta recuperación en los dos últimos años, con crecimientos de los presupuestos iniciales de sanidad de las comunidades autónomas del 3% en 2015 y del 5% en 2016. Aún así, en lo que respecta al gasto sanitario total como porcentaje del PIB, España se mantiene por debajo de la media de los países de la OCDE.

Los autores se preguntan cómo las condiciones económicas han afectado al desempeño del sistema sanitario. A su entender, lo más destacable es la ausencia de cambios importantes en los principales indicadores del sistema de salud y en particular que el sistema no haya sufrido un deterioro significativo entre 2013 y 2015. En relación con los indicadores generales de salud, la situación continúa siendo muy satisfactoria. La esperanza de vida ha subido casi un año entre 2012 y 2014 y España se mantiene como líder europeo en términos de este importante indicador.

También continúa disminuyendo el número de años perdidos de vida potencial. En el caso de la población infantil se observa una ligera mejora, aunque con ciertos altibajos, del indicador de mortalidad infantil. En contraste, se detecta un incremento de la incidencia de enfermedades crónicas como la depresión y los trastornos mentales que generan altas tasas de mortalidad.

Algunos indicadores importantes de riesgos para la salud también muestran registros preocupantes. Las tasas de obesidad en adultos y niños se mantienen aproximadamente estables en niveles relativamente elevados y el incremento de las tasas de pobreza y desigualdad de la renta registrado durante la crisis podría exacerbar aún más en el medio y largo plazo las desigualdades en salud. Asimismo observamos aumentos moderados en el número de muertos y heridos por accidentes de tráfico y en el número de accidentes de trabajo. Por otra parte, los indicadores de hábito tabáquico son alentadores dado que hay menor prevalencia de fumadores diarios y se percibe una reducción importante en el consumo de cigarrillos per cápita.

En cuanto a la valoración pública del sistema sanitario, los últimos Barómetros Sanitarios muestran una caída en el nivel de satisfacción de los usuarios del sistema que podría reflejar el descenso de la inversión en el sector. En la misma línea, el porcentaje de población que piensa que el problema de las listas de espera ha empeorado creció 20 puntos entre 2011 y 2014.

Por último, las cifras sobre empleo del sector sanitario siguen dando señales de recuperación, con tasas interanuales de crecimiento del empleo por encima del 5% desde el último trimestre de 2015. Sin embargo, preocupa que la recuperación de cotizantes en el sector se esté haciendo mayoritariamente a través de empleo temporal y a tiempo parcial, que han aumentado su prevalencia en los últimos años.

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