Trump refuerza la política antiaborto con recortes a las clínicas que lo facilitan

El presidente de EE.UU. cumple con su programa. Los centros de salud sólo podrán mantener las ayudas si renuncian a esa labor

El presidente estadounidense Donald Trump anunció los recortes a las clínicas abortivas AFP
Manuel Erice Oronoz

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Donald Trump ha lanzado un nuevo guiño a los sectores conservadores, esta vez con su decisión recortar fondos de la Administración a las organizaciones y clínicas que promueven o facilitan el aborto. Las medidas anunciadas ayer por la Casa Blanca supondrán que ninguna de esos centros ni sus respectivos programas recibirán dinero público si mantienen su actual labor de promover la práctica del aborto o de remitir pacientes a clínicas que lo realicen. Antes de proceder al recorte de fondos, la Administración dará la opción a los centros de mantener la percepción de las ayudas en el caso de que decidan renunciar a esa labor.

Las nuevas medidas impulsadas por Trump responden a las demandas de los grupos más conservadores dentro del Partido Republicano, que reclaman un mayor control de las actividades abortivas. Aunque las leyes federales actuales ya prohíben destinar fondos a centros que usan el aborto como método de planificación familiar, organizaciones como el Plan Parenthood, la más importante en Estados Unidos, han mantenido esa actividad y recibido hasta la fecha cuantiosas ayudas. Para los detractores, se trata de un coladero de dinero público que facilita la práctica de abortos. Los partidarios defienden el Plan Parenthood por llevar a cabo una labor que afecta a múltiples ámbitos de la salud y de la familia.

La política que va a aplicar la Administración Trump conecta con la que puso en marcha el presidente Reagan, según la cual los servicios de aborto requerían de una separación física y de personal del resto de las actividades relacionadas con la planificación familiar. Los partidarios del aborto consideran que en la práctica esta política termina suponiendo una «ley mordaza», al imposibilitar que los cuidadores de esos centros provean a los pacientes de cualquier tipo de información sobre el aborto o sobre dónde recibir ese servicio.

A diferencia de otras decisiones recientes del controvertido presidente norteamericano, no puede decirse que la nueva política antiaborto responda al cumplimiento de una promesa ni a una convicción personal. Durante la campaña electoral, Trump fue muy cambiante en sus opiniones sobre el aborto . Aunque su creciente compromiso con los sectores más conservadores, a cambio de su voto, le llevó a evolucionar en favor de sus demandas. Las nuevas medidas combaten en la práctica a las clínicas y organizaciones que han estado en el punto de mira de los grupos pro vida.

Para terminar con la falta de definición con la que actúan organizaciones como el Plann Parenthood , fuentes de la Administración aseguraron que les exigirán desde ahora «una línea muy clara, tanto en la separación física como en la separación financiera, entre las actividades abortivas y todas las demás». El objetivo que buscan es que «ninguna de las que reciban fondos públicos pueda proporcionar o dar consejos sobre el aborto».

Los grupos pro abortistas confían en los tribunales para bloquear la puesta en marcha de las nuevas medidas.

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